Las restricciones abocan al cierre de un tercio de los negocios de hostelería

Esta semana se abre el proceso de solicitud de una línea de ayudas 50 millones de euros que las patronales consideran “ridícula” en relación al impacto del cierre

Cadires d'una terrassa d'un bar encadenades. FOTO: XAVI JURIO.
Roberto Villarreal / Tarragona

La situación de absoluta incertidumbre en el sector de la hostelería desde el cierre del pasado 15 de octubre comienza a adquirir tintes dramáticos; las medidas adoptadas por la Generalitat, centradas en reducir la 'socialización' para reducir los contagios de la Covid 19, no arrojan los resultados esperados y los empresarios ya temen perder el oxígeno de las fechas navideñas. El nefasto otoño que están viviendo puede convertirse en un invierno letal para cientos de negocios.

"Realmente la gente está muy hundida, sin apenas ingresos y con una sangría constante de gastos en la cuenta bancaria; de hecho, muchos han optado ya por bloquearla... son muchas familias las que no van a poder pasar el invierno", expresa el presidente de la Asociación de Empresarios de Hostelería (AEHT) de la provincia de Tarragona, Francesc Pintado, que pese a la dificultad de dar cifras reales del desastre, calcula que un tercio de los negocios, "entre el 25 y el 30%", no podrán volver a abrir de prolongarse en el tiempo las actuales circunstancias.

Nadie se atreve, por el momento, a plasmar en cifras la dramática situación que atraviesan bares y restaurantes. La Federación Catalana de Asociaciones de Actividades de Restauración y Musicales (Fecasarm) considera que las pérdidas por las últimas medidas restrictivas superan los 1.800 millones de euros, "más de 4.000 si se suman al agujero acumulado desde la salida del primer estado de alarma", expone el secretario general, Joaquim Boadas.

"La Generalitat ha actuado de forma improvisada, sin ninguna sensibilidad y además con muy malas maneras", coinciden las asociaciones de afectados, que acusan a la Administración autonómica de conducir a la ruina a miles de familias. "Este escenario es totalmente insostenible: este mes llegan las facturas de los suministros enteros, los alquileres enteros, las cotizaciones... y las ayudas son ridículas", describe Javier Escribano, presidente de los hosteleros de Tarragona ciudad.

'Competición' entre autonomías

"Este segundo cierre es tan arbitrario e incoherente como el primero, pero tiene consecuencias más letales si cabe; me parece una injusticia absoluta y una verdadera catástrofe esta competición entre autonomías para ver quién es más duro con el tejido productivo", critica Juan Gallardo, co-director del gabinete de estudios la Confederación Empresarial de la Provincia de Tarragona (CEPTA). "El efecto en los próximos meses -vaticina- es una reestructuración salvaje del sector y una concentración sin precedentes en manos de grandes capitalistas -en muchos casos extranjeros- que compran a precios de derribo... como siempre el más perjudicado es al deberían proteger más, es decir, el pequeño negocio tradicional".

El escenario generado en Cataluña, a la cabeza de las restricciones en España, es dantesco. Según los datos de la patronal de la pequeña y mediana empresa Pimec, cerca de 20.000 empresas -una parte muy importante en la hostelería- corren el riesgo de cerrar, lo que se traduciría en la pérdida de casi 75.000 puestos de trabajo. Las medidas de contención de la Generalitat afectan directamente a 65.000 empresas, 70.000 autónomos y casi 250.000 empleos.

Las agrupaciones empresariales se sienten molestas por el afán de 'liderazgo' catalán a la hora de decretar restricciones -a diferencia de Valencia o Madrid, por ejemplo- y "criminalizar a la hostelería, que cumple con todos los controles y normativas, sin evidencias científicas". Tanto la AEHT como la recién creadas Plataforma de Empreses, Ciutadania i Entitats de Tarragona reclaman soluciones "mucho más quirúrgicas, adaptadas a cada región sanitaria" y un plan de basado en criterios objetivos y con medidas progresivas de choque.

Incertidumbre

Los empresarios lamentan especialmente la absoluta falta de planificación, que les aboca a un invierno de incertidumbre. De momento, el balón de oxígeno que supone la campaña de cenas de Navidad está en el aire, con lo que ello supone para afrontar el primer trimestre de 2021, que tradicionalmente es el peor periodo de facturación del año hasta la llegada de la Semana Santa: "Hemos aguantado como hemos podido el verano, pero ahora las cajas están vacías, nos hemos endeudado, y no se ha podido ahorrar para el invierno; si perdemos las cenas de empresa de Navidad muy pocos van a poder aguantar", valora Escribano.

Desde la AEHT advierten del efecto 'bola de nieve' que se va a producir en toda la economía si miles de autónomos y pequeños empresarios del sector hostelero suspenden pagos: "No hay ayudas reales ni apoyos efectivos, y la Administración debe tener en cuenta que los autónomos no tienen un salario como tal, por lo que estamos al borde del colapso", subraya Francesc Pintado.

Este escenario de rupturas en la cadena de pago ya había sido anticipado desde el Gabinete de Estudios de la CEPTA, que pone el acento en que todos los indicadores ligados al sector servicios "deben ponerse en cuarentena y bajo la lupa de una mirada crítica" porque dejan entrever los efectos de una economía 'dopada' por los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTEs), los créditos blandos del ICO, exenciones, subvenciones y otras herramientas de soporte al empresario.

"La estadística continúa adulterada; es en los próximos meses cuando se va a ver en toda su dimensión el alcance del daño en el tejido de un sector tan sensible como la hostelería; es evidente que son cientos de millones que no están entrando en caja este otoño, por lo que más temprano que tarde eso se va a dejar notar en la ruptura de la cadena de pago, ya que muchos negocios dependen directa e indirectamente de esta actividad económica", analiza Juan Gallardo.

Ayudas "ridículas" y descontento

Las principales patronales vinculadas al sector de la restauración critican con dureza una línea de ayudas implementada por la Generalitat que apenas alcanza los 100 millones de euros: "No parece lógico aprobar restricciones que suponen un impacto de varios miles de millones de euros y a la vez medidas compensatorias por valor de 90 -en referencia a la suma de los 40 millones iniciales y otros 50 comprometidos posteriormente- a repartir con otros sectores como el comercio o la estética", razona desde Fecasarm Joaquim Boadas.

El proceso para solicitar esa segunda línea de ayudas por importe de 50 millones de euros ya es efectivo a partir de ayer. El Departamento la dirige a autónomos, microempresas y pymes que gestionen bares, restaurantes y ocio nocturno, así como otros negocios -estética, parques infantiles, tiendas en centros comerciales...- cerrados por la Covid 19. La subvención para bares y restaurantes consiste en un pago único de 1.500 euros, que en el caso de pubs y salas de fiestas -según tamaño y número de empleados- puede alcanzar los 9.000.

"Son parches que ayudan más a las eléctricas o a Ematsa que a los propios empresarios. Incluso más a la Seguridad Social, a Hacienda, o a la Generalitat, que sigue cobrando sus impuestos, que a nosotros; es preferible que no nos den un duro, pero que nos condonen gastos de cotización, cuota de autónomos o aumenten las desgravaciones", razona Javier Escribano desde la AEHT, que reivindica soluciones mejor planificadas: "Es evidente que esta situación no va a durar ni quince días ni un mes, por lo que es momento de fijar un sistema más sólido a medio y largo plazo hasta que se pueda funcionar con normalidad, que para nosotros prácticamente son seis meses con la llegada del buen tiempo".

La propia dinámica de las subvenciones, que se concede "a sociedades y no a establecimientos" hasta que se agote el presupuesto, genera un tremendo colapso informático en la web de la Generalitat: "Como las ayudas se conceden a los primeros que lleguen, al igual que sucedió con la anterior convocatoria, concentrarán a miles de pequeños empresarios sin dormir delante del ordenador, a ver si suena la flauta... Lo mires como lo mires, esto no es serio".

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