La iniciativa de crear en Tarragona uno de los 'valles' europeos del hidrógeno verde, como han denominado a los futuros 'hubs' que van a liderar la gestión de esta energía, ha logrado el consenso de todas las Administraciones, desde la UE hasta el ámbito local. En este sentido, la opción de Tarragona como 'Hydrogen Valley of Catalonia', -con una identidad social y económica diferencial que le otorga valor añadido-, se asoma a una oportunidad histórica.
Tarragona pretende competir en la División de Honor de la energía durante la próxima década de la mano del llamado hidrógeno verde, combustible sin emisiones de CO2, y tampoco en su generación -se aplica electricidad para separar el hidrógeno del oxígeno- si se produce a partir de fuentes renovables. Jordi Cartanyà, profesor de la Universitat Rovira i Virgili (URV) y coordinador de la Plataforma Hidrogen Verd Catalunya Sud, considera que la provincia reúne "ventajas competitivas" que no se dan en ninguna otra área del sur de Europa.
En primer lugar está el know how en la producción de energía, con profesionales especializados y una Administración acostumbrada a su gestión. "Plantas nucleares, ciclos combinados, parques eólicos y aprovechamientos hidroeléctricos dibujan un escenario de concentración en el territorio que sin duda se convierte en un valor diferencial", expone Cartanyà. Las potentes infraestructuras de electrificación existentes también juegan a favor.
El segundo factor, quizá el más relevante, es el peso de una industria química obligada a reducir drásticamente sus emisiones en las próximas décadas para adaptarse a la normativa europea, cada vez más restrictiva con horizontes 2030 y 2050. El polo petroquímico de Tarragona consume entre siete y 10 toneladas/hora de hidrógeno 'gris' (electricidad generada a partir de energía de origen fósil) y emite entre siete y nueve de CO2. "Es el mayor generador de Cataluña y España", recuerda Cartanyà. El reto consiste transformar esas plantas de producción y convertirlas en uno de los grandes consumidores de hidrógeno verde en sus procesos: "Es una doble oportunidad: el hidrógeno verde como sustituto de los combustibles fósiles, y también como materia prima y fuente de nuevos tipos de moléculas verdes para sus productos".
Como tercer vector se sitúa una nueva movilidad diseñada para dar respuesta a las necesidades de la segunda área metropolitana de Cataluña, cruce estratégico de los corredores del Ebro y del Mediterráneo, y por tanto del transporte de viajeros y mercancías dentro de España y hacia Francia. El objetivo, en este sentido, pasa por la progresiva adaptación de las flotas de vehículos -camiones y autobuses, en especial- y la apuesta decidida del Port de Tarragona y el aeropuerto de Reus por una nueva era con el hidrógeno verde como protagonista.
Por último y no menos importante, el acuerdo estratégico para la investigación vinculada a los usos intensivos del hidrógeno entre centros punteros con presencia en Tarragona como el Eurecat (Centro Tecnológico de Cataluña), el ICIQ (Institut Català de Investigació Química) o el IREC (Instituto de Investigación en Energía de Cataluña), liderados por la URV. "Este marco de colaboración ha funcionado y hemos avanzado mucho en pocos meses", subraya Cartanyà. La Plataforma Hidrogen Verd Catalunya Sud está integrada actualmente por casi 90 agentes: además de los citados ejes de I+D+I, están presentes ayuntamientos, grandes empresas, el Port, el CESDA o las Cámaras de Comercio, además de otras organizaciones empresariales.
Desde la UE hasta lo más próximo
La Comisión Europea movilizará la astronómica cifra de 750.000 millones de euros -37% para la transición energética- con el objetivo impulsar proyectos público-privados de reactivación económica bajo el programa marco 'Next Generation UE'. Por su parte, el Ministerio de Transición Ecológica ha puesto en marcha desde Madrid la maquinaria para presentar ante la UE en los próximos tres años los primeros proyectos relacionados con el hidrógeno por un montante superior a los 1.500 millones de euros. Además, la Generalitat también se ha alineado al incluir el 'valle del hidrógeno' entre los 27 programas estratégicos que presenta Cataluña ante el gabinete de Sánchez -y que compiten con los de otras regiones como el País Vasco- para optar a los fondos europeos 'Next Generation'.
El Camp de Tarragona también está haciendo los deberes a marchas forzadas. Desde su creación el pasado 20 de octubre, la Plataforma que lidera la URV está gestionando una treintena de proyectos impulsados por grandes empresas e instituciones y que aspiran a encontrar un porcentaje de financiación de la UE. A juicio de Jordi Cartanyà, ahora mismo hace falta una visión estratégica clara para la transición que nos viene: "El hidrógeno verde va a ir entrando lentamente en nuestras vidas, y debemos elegir qué queremos ser desde una perspectiva industrial y social, con un diálogo muy afinado y la garantía de los impactos mínimos".
Consenso social para generar economías de escala
El avance de la revolución del hidrógeno verde no va a estar exento de escollos. A modo de ejemplo, el Ayuntamiento de L'Espluga de Francolí ya ha rechazado de plano la idea avanzada por Endesa de invertir cerca de 200 millones de euros en una gran planta de fabricación de hidrógeno verde. Se alega la escasez de agua, pero lo que más pesa es que no están dispuestos a pagar el peaje del impacto que supondrá la avalancha de proyectos de energía eólica y fotovoltaica que suenan en la Conca de Barberà. Trece de los 22 alcaldes de la comarca, en representación del 90% de la población, han firmado un manifiesto contrario a más molinos de viento y placas solares en su territorio.
El gerente de la Asociación Empresarial Química de Tarragona (AEQT), Juan Pedro Díaz, observa además otros factores fundamentales para poder pilotar esta transición industrial: "No perder ahora el tren es una de las claves para afianzar el futuro de la industria química en Tarragona, aunque hay otras como implementación de las redes cerradas de energía eléctrica, que acumula 12 años de retraso. Y otro factor, también incomprensible, como es el déficit de infraestructuras, en especial los ritmos en el Corredor Mediterráneo".
Fuertes inversiones en proyectos de reconversión industrial, nuevas plantas de producción de hidrógeno verde, un 'mix' competitivo de generación de energía renovable, infraestructura eléctrica, logística de almacenamiento, movilidad, usos residenciales... la manera en que se ordenen las numerosas piezas de este rompecabezas van a determinar el potencial del 'Hydrogen Valley of Catalonia'.
"Tenemos un gran consumidor potencial de hidrógeno verde como es la industria química, pero no nos podemos quedar ahí: debemos decidir, por ejemplo, si la electricidad 'limpia' se genera aquí, en los Monegros o en Francia... y también qué combustible usan nuestros autobuses y camiones, si se implementan nuevos estudios de FP... en definitiva, planificar qué economías puede sustentar esta transición energética", reflexiona Jordi Cartanyà.
"La Plataforma Hidrogen Verd Catalunya Sud -exponen fuentes de la AEQT- es interesante porque aúna intereses, aporta perspectiva, y con ella se empieza a hablar de estrategia, infraestructuras, proyectos comunes, capacidad de generar energía y consumir hidrógeno... El Hydrogen Valley requiere un cambio de hábitos, porque el hidrógeno no solo sirve para la industria química; implica una apuesta por las renovables, almacenes de energía, movilidad de medios de transporte pesados... Lo que toca ahora es acelerar en la carrera para competir por los fondos europeos".
El aterrizaje de los gigantes
Junto a la regulación del mercado nacional de las renovables, cuyo atractivo ha seducido a todas las grandes compañías eléctricas con presencia global y que han puesto sus ojos en España, el hidrógeno verde -a la sombra del ingente esfuerzo financiero de los fondos europeos 'Next Generation UE' para la reactivación post Covid- también ha llamado la atención de los gigantes del petróleo, gas o electricidad. "La posibilidad -explica Jordi Cartanyà, coordinador de la Plataforma Hidrogen Verd Catalunya Sud- de una inyección de dinero público para costear un porcentaje de sus grandes proyectos es muy apetecible para las eléctricas, gasistas o petroleras, que están planificando inversiones significativas en una zona como Tarragona, en la que algunas de estas compañías identifican características especiales".
Endesa ha sido una de las primeras en mostrar su interés por Tarragona en su primer proyecto de hidrógeno verde en Cataluña. La multinacional ya ha presentado su proyecto, -con una inversión de más de 180 millones y un electrolizador alimentado por 150 megavatios de energías renovables con capacidad para producir 2.000 toneladas/año de hidrógeno verde-, al Ministerio de Transición Ecológica y a la URV. Por su parte, Naturgy prevé construir cuatro plantas de hidrógeno verde en Cataluña, dos de ellas en la demarcación de Tarragona. La más grande se ubicará en las instalaciones del Port de Tarragona para el suministro de transportistas e industrias de su área de influencia.