El turismo nacional, con el hábito de reservar de última hora más acentuado que nunca, se ha lanzado en masa este verano en busca de tranquilidad, naturaleza y espacios abiertos, bien en destinos de interior o bien en áreas de playa alejadas de las aglomeraciones. Lo que en principio suena a una buena noticia para un tejido empresarial muy debilitado por el nefasto 2020, también tiene sus contraindicaciones, ya que los paraísos perdidos acostumbran a ser incompatibles con la presión turística.
Un reciente estudio de la plataforma de alojamiento Airbnb constata que las búsquedas de alojamiento en áreas cercanas a los parques naturales españoles han subido el 60% en las últimas semanas. El mismo informe situaba al Delta del Ebro como la tercera reserva natural más buscada, sólo por detrás del parque del Montseny y del Cap de Creus. Las sensaciones en el sector confirman la estadística y son optimistas, después de un puente de Sant Joan en el que casas de turismo rural y pequeños hoteles de interior han colgado el cartel de completo. El enoturismo y las rutas culturales poco masificadas también cotizan al alza esta temporada.
"Los campings van bien, los apartamentos y casas de turismo rural también, y los hoteles de gran capacidad no tanto; el turismo nacional (Barcelona, Valencia, Zaragoza, Navarra, País Vasco...) se está moviendo en niveles significativos de incremento respecto a 2019... hay mucha reserva del mercado doméstico, pero también es cierto que son más cortas, sobre todo de fin de semana", explica José Luis Antúnez, presidente de la Associació d'Agències Receptives de la Costa Daurada.
"Estamos trabajando bien -confirma Magí Mallorquí, presidente de la Associació Hotelera de la Província de Tarragona (AHPT), vinculada a la Associació d'Empresaris d'Hostaleria (AEHT) y con mayor peso entre los hoteles urbanos y hostales familiares de interior- con el cliente catalán y francés, pero nos es complicado hacer previsiones porque se reserva muy encima de la fecha; las noticias son tan cambiantes, ahora con el tema de los jóvenes, que se va sobre la marcha". "Lo que sí parece una tendencia clara es la naturaleza, montaña y oxígeno... esa fórmula va a funcionar al 100%".
Campings y autocaravanas
La suma de ingredientes como viajar al aire libre y hacerlo en la misma burbuja ha disparado las expectativas de campings y autocaravanas. Los primeros han registrado en junio ocupaciones superiores al 80% en fin de semana y prevén un buen comportamiento en julio y agosto pese a la baja afluencia (en torno al 15%) del cliente europeo. Las ofertas especiales para autocaravanas también están ayudando, al igual que las restricciones a la acampada libre.
En el Delta del Ebro ya se pagan ocho euros por entrar en autocaravana a la Barra del Trabucador, y está prohibido pernoctar. El Ayuntamiento de Sant Carles de la Ràpita ha estrenado la semana pasada un sistema de peaje para permitir el acceso, con la idea de regular la afluencia de turistas (máximo de 700 coches al día) y preservar un delicado entorno natural que en los últimos periodos vacacionales ha ofrecido imágenes poco edificantes.
"La autocaravana se ha convertido en una tendencia estrella, en la medida que ofrece a las 'burbujas' una mayor seguridad, controlada directamente por cada propietario o arrendatario; al mismo tiempo, este boom pone de manifiesto el déficit de lugares autorizados en las condiciones de seguridad y salubridad preceptivas", reflexiona la presidenta de Campings del Mediterráneo, Àngels Ferré, desde la experiencia de los grandes establecimientos desde Girona hasta Alicante.