Salvo imprevisto, el Incasòl hará finalmente las veces de intermediario entre Criteria (Caixabank) y los indios semínolas (Hard Rock) y adelantará 120 millones de euros para la compra de una lengua de terreno de 100 hectáreas del Centro Recreativo y Turístico (CRT) de Vila-seca y Salou, la famosa 'banana' anexa a PortAventura World. Ese mismo día, Hard Rock se compromete a adquirir el suelo por idéntico precio a la Administración catalana. ¿Por qué no pagan los norteamericanos directamente a La Caixa? Aunque nadie da explicaciones claras, la raíz de la operación a tres bandas -que podría incluso llegar a la Oficina Antifraude- estaría en las garantías exigidas por los abogados de la poderosa marca estadounidense.
El 'culebrón' del aterrizaje de Hard Rock en la Costa Daurada mantendrá la incertidumbre al menos durante dos meses más. La semana pasada, apenas 24 horas antes de que venciese la prórroga de tres meses otorgada por la sociedad Mediterranean Beach & Golf Community, -propiedad de Criteria (Caixabank)-, para ejecutar la compraventa de los terrenos donde se construirá el complejo de ocio, el Consell Executiu del Govern volvió a encontrar un conejo en la chistera para ganar tiempo: la Generalitat ha firmado la autorización para que el Incasòl pueda adquirir el suelo antes del 5 de mayo por 120 millones de euros, y en esa misma operación Hard Rock lo recomprará por idéntico precio.
El conseller de Territori, Damià Calvet, asegura que existen todas las garantías por escrito para que el acuerdo se cumpla a rajatabla sin riesgo financiero para las arcas públicas. Según subraya la Generalitat, "se trata de un único acto jurídico; si no se produce la venta, no se procede a la compra previa". Calvet ha garantizado absoluta transparencia y ha revelado que Hard Rock ha aceptado por escrito las condiciones de la compraventa y su compromiso para cerrar en breve esta compleja operación a tres bandas.
En la práctica, al Incasòl le corresponde adelantar el dinero para la compra del terreno, si bien la Generalitat mantiene invariable la premisa de que el proyecto "no supondrá ningún coste económico" para los ciudadanos. La pregunta lógica, si Hard Rock comprará el suelo inmediatamente después a la Administración catalana, es por qué no realiza la operación directamente y sin intermediación. Nadie ha querido referirse específicamente a esta cuestión: ni el Govern, ni Hard Rock ni tampoco Criteria.
Paraguas para las expropiaciones
El máximo órgano ejecutivo de la Generalitat minimiza las dudas en torno a una operación que se zanjará con una "adjudicación directa" de los terrenos contemplados en la primera fase del Plan Director Urbanístico del Centro Recreativo y Turístico (CRT) de Vila-seca y Salou, donde se emplaza también PortAventura World. Fuentes jurídicas consultadas por el Indicador aseguran que la fórmula empleada se vincula a las exigencias de los abogados de Hard Rock, que desean dejar perfectamente atado que será la Generalitat quien deberá responder ante cualquier indemnización derivada de las reclamaciones pendientes tras la expropiación del suelo.
El despacho del abogado Javier Huarte ha logrado reunir a más de 70 de los 450 antiguos propietarios para solicitar una retasación de los terrenos, que han duplicado su valor tras la recalificación urbanística. Su estrategia se sostiene en un doble argumento: la expropiación de 1989 se ejecutó para construir el parque de atracciones más grande de Europa -Tibigardens- y no un proyecto que pivota alrededor un gran casino; por otra parte, se cuestiona también el aumento de la edificabilidad, aproximadamente un 16% superior. Aunque han pasado tres décadas y se enfrentan a una batalla legal larga y complicada, estos expropiados todavía no han perdido la esperanza: "Por mucho que utilizaran herramientas legales, lo que nos hicieron en el 89 fue un acto de piratería", critica Josep Badía, uno de los portavoces.
Oficina Antifraude
Los escollos que todavía deberá sortear el complejo lúdico de Hard Rock no terminan ahí. En la misma línea que los expropiados, aunque por otras vías, la CUP ha anunciado que está valorando llevar la operación de compraventa, que considera completamente opaca, ante la Oficina Antifraude de Cataluña. Desde su perspectiva, los terrenos fueron declarados de interés público: "Después de varias décadas, una vez constatado que no se ha desarrollado este interés general, lo que lo lógico sería devolverlos a sus antiguos propietarios por el mismo precio que les pagó la Administración; es un escándalo que el Govern malverse dinero público para rescatar activos tóxicos de La Caixa".
Otras voces críticas, como la Plataforma Aturem BCN World o los ecologistas del GEPEC, tampoco han tardado en responder al anuncio oficial de la adquisición de los terrenos. "La Generalitat ha actuado de forma irresponsable poniendo en riesgo el dinero de todos los ciudadanos por un interés puramente privado y fomentando el juego y la ludopatía", han expuesto en un comunicado que también destaca que el proceso de compraventa evidencia errores legales de procedimiento y "descubre las mentiras y la opacidad" en las que se cimenta Hard Rock Entertainment World.
Proyecto estratégico en Cataluña
Como contrapeso, en el lado opuesto de la balanza están los defensores de un proyecto estratégico para Cataluña, que abre la veda a un modelo todavía inexplorado en Europa. La compra de los terrenos significaría el desbloqueo de una inversión inicial de más de 650 millones de euros, similar a la que ha recibido PortAventura World a lo largo de sus últimos 10 años de vida- como primer paso de un presupuesto total de 2.000 millones de dólares durante la próxima década.
El 'Hard Rock Hotel & Casino Tarragona', como se ha bautizado, no es un simple hotel de 500 habitaciones con uno de los casinos más grandes de Europa (1.200 máquinas tragaperras y 100 mesas de juego), sino que se trata del único complejo de sus características que tendrá la enseña de los indios semínolas en el Viejo Continente, con un mega-espacio para grandes espectáculos de nivel internacional con capacidad para 15.000 personas, una zona de compras de 15.000 metros cuadrados con 75 grandes marcas al estilo de La Roca del Vallés y un enorme Hard Rock Café. Gigantes como Value Retail o el propio Investindustrial (PortAventura) ya han avanzado que subirán al tren para crear una oferta integral.
El impacto estimado, según la URV, alcanza los 1.300 millones de euros y la expectativa de 11.500 puestos de trabajo en la construcción y desarrollo posterior del resort, lo que en la práctica equivale a un tercio de los desempleados en la provincia de Tarragona. La operativa de funcionamiento de HREW requerirá contratar más de 2.000 trabajadores a tiempo completo desde la apertura del casino y en los primeros cinco años de operaciones.