El sector turístico de Tarragona está siendo sin duda uno más afectados por la crisis sanitaria. En un escenario de absoluta incertidumbre, expertos y empresarios se van resignando a una temporada 2020 de supervivencia, con los viajes de proximidad como clave de resiliencia en el corto plazo. A día de hoy, y en un paisaje económico altamente inestable y cambiante, los planes de acción de las empresas turísticas se vuelcan en tres ejes: gestión de ayudas y control de costes; aplicación de medidas de salubridad para generar confianza en el consumidor; y estrategias de captación del mercado nacional.
Una vez perdida la Semana Santa y con negras perspectivas en mayo y junio -sin viajes escolares y con los mercados británico y ruso paralizados, la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo (FEHT) tratará al menos de salvar los muebles en julio y agosto, con la idea de buscar herramientas que permitan alargar la temporada al máximo, incluso hasta diciembre si la meteorología -como en los últimos años- lo permite. "El clima nos puede ayudar a resistir; prevemos que podemos recuperar antes al turista que llega en coche, bien desde el mercado doméstico o bien desde países relativamente cercanos", reitera Xavier Guardià, portavoz de la FEHT.
Desde la Federación se afanan por evitar las cancelaciones y premian la fidelidad de los clientes con descuentos de hasta el 15% si aplazan la reserva. Jugar con un baile de cifras en torno al impacto que sufrirán las más de 20 millones de pernoctaciones que registra Tarragona carece ahora de sentido. A nivel nacional, se prevé que en esta temporada 2020 se reciban menos de la mitad de los turistas internacionales que en el año anterior, según las estimaciones de los agentes del turismo que ha recogido Francisco Javier Castillo, de la consultora DNA Turismo y Ocio, y también empresario que gestiona las visitas a 'productos' como la Catedral de Tarragona o el Pac Samà: "En este contexto, el mercado prioritario para el sector turístico esta temporada va a ser el mercado nacional, junto con el regional; los viajes de proximidad se convierten en una base fundamental para la recuperación en los próximos meses", razona.
No hay café para todos
Desde esta óptica de atracción del turismo de proximidad, la mala noticia es que no todos los subsectores turísticos podrán despegar al mismo ritmo: "Las actividades y experiencias -valora Castillo- que más rápido levantarán el vuelo son las vinculadas al turismo rural y la naturaleza, al prestar sus servicios en un espacio abierto y natural acorde a la demanda turística, donde primará la sensación de soledad, seguridad, contacto con la naturaleza y la no masificación". Los espacios naturales poco explotados de toda la provincia, con especial mención a las Terres de l'Ebre, o las actividades de enoturismo en el Priorat van a gozar de buenas oportunidades de crecimiento.
Las tendencias de consumo vacacional para la nueva era que se abre ante el turismo también auguran perspectivas razonablemente buenas para el turismo de sol y playa, así como el relacionado con el bienestar y la salud, siempre que se tomen medidas tendentes a garantizar la sensación de salubridad. Los actores que conforman la cadena de valor del sector turístico son optimistas respecto a la 'cintura' de los restaurantes y negocios de hostelería para reinventarse, y también apuestan por el Patrimonio histórico, el 'boom' del alquiler de los vehículos de transporte por carretera y el incremento del alojamiento en campings.
La presidenta de los Campings del Mediterráneo -que van desde Girona a Alicante-, Àngels Ferré, natural de Alcanar, confía en resistir una vez más: "El sector del camping es un luchador nato, como hemos acreditado en la última década; llevamos muchos años de combates y ahora tenemos buenas cartas con nuestros valores... naturaleza, aire libre, familia y sensación de libertad". Por lo que se refiere a los restaurantes, el presidente de la Asociación de Empresarios de Hostelería de Tarragona (AEHT), Francesc Pintado, considera que lo crucial ahora es minimizar el perjuicio económico de las empresas para "poder sobrevivir y subir las persianas en cuanto sea posible".
Preocupación por PortAventura
Sin duda una de las mayores preocupaciones en la etapa post-coronavirus deriva de las fórmulas para la reapertura de un motor básico para las dinámicas turísticas de Tarragona como es PortAventura World. Las perspectivas no parecen nada halagüeñas -según el análisis de DNA- para los parques temáticos y de atracciones, ni tampoco para el transporte aéreo, el alojamiento hotelero, los museos, los grandes espectáculos o los parques zoológicos en este orden. Los subsectores que más tarde saldrán de la crisis son el turismo de reuniones, convenciones, incentivos y eventos (MICE), y los cruceros. En este contexto, debido a la obligación de mantener cerrado el resort, PortAventura World ha presentado dos Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) que afectan a 312 empleados de servicios centrales y gestión corporativa, y a 1.492 de las áreas operativas de parques y hoteles. El modo en que podría afectar el Covid 19 a Hard Rock, el otro gran proyecto vinculado al Centro Recreativo y Turístico (CRT) de Vila-seca y Salou, todavía es una incógnita. De momento, los plazos para la compra de los terrenos no corren mientras dure el estado de alarma.
10 recetas para un nuevo turismo
El estudio 'En busca de escenarios y recetas para una nueva era en el turismo' de los especialistas de DNA Turismo y Ocio nace de la consulta a más de 600 actores de toda la cadena de valor del tejido turístico para tratar de arrojar algo de luz en tiempos de incertidumbre.
1. Ante la gran competencia entre destinos por captar turismo nacional, aquellos que nunca lo abandonaron en sus políticas de promoción tendrán más ventaja competitiva
2. Los destinos que más rápido se recuperarán serán los que tengan un portafolio de experiencias basadas en productos al aire libre y en contacto con la naturaleza.
3. Los destinos deben rediseñar sus estrategias, todas orientadas a mantener la oferta y el empleo. Toca nueva planificación, nuevo marketing y nueva gobernanza.
4. La oferta deberá de incorporar medidas tendentes a garantizar la sensación de salubridad, con indicaciones y ayuda de la Administración al respecto.
5. Las agencias de viaje se reinventan para vender producto al mercado nacional, trasladando confianza y flexibilidad.
6. El turista modificará sus conductas de consumo. El sector debe saber vender confianza a partir de sensación de seguridad en los servicios turísticos.
7. Las iniciativas públicas y normativas que definan acciones concretas, -y ayuden al sector a aplicarlas-, serán muy bien recibidas por la oferta y la demanda.
7. El sector exigirá la consideración del turismo en las más altas esferas de decisión política. La profesionalidad en la gestión pública será una exigencia.
8. Es el momento para avanzar hacia modelos superiores de interacción público-privada. Las empresas serán más exigentes con la gestión del presupuesto público destinado a turismo. Los modos de gobernanza (patronatos, consorcios, mesas de turismo, clústeres, etc.) evolucionarán hacia otros nunca vistos.
9. Los destinos con identidad propia, con elementos diferenciales respecto a la competencia, -que garanticen además de la seguridad, la sostenibilidad natural y cultural- serán más competitivos para captar mercado.
10. Los objetivos de desarrollo cualitativos serán más importantes que los cuantitativos. Esta crisis nos aboca por obligación a optar por un modelo de desarrollo de turismo sostenible real.