Los hosteleros de Tarragona, especialmente en localidades pequeñas, no entiende por qué las restricciones impuestas desde el Gobierno de la Generalitat se realizan con carácter general y no toman en consideración las evidentes diferencias entre territorios. Según los datos que manejan las organizaciones empresariales de referencia, la facturación del último trimestre de 2020 se sitúa un 90% por debajo del ejercicio anterior. Sus predicciones indican que alrededor de un 15% de los negocios van a tener que cerrar en este primer trimestre, tradicionalmente muy difícil hasta la llegada de la Semana Santa.
Hartos de clamar en el desierto, "sin ninguna acción sólida de apoyo económico por parte de la Generalitat y con los mismos errores que se repiten una y otra vez desde abril de 2020", los miles de empresarios de la hostelería y la restauración que están atravesando tremendas dificultades para mantenerse a flote han lanzado un ultimátum desde las patronales de todas las provincias catalanas, incluida Tarragona. Como primer paso reclaman a la Administración "comenzar a trabajar con el concepto de un pasaporte sanitario" que permita una movilidad y un turismo seguro.
"Desde las asociaciones hemos consultado con especialistas de prestigio en el mundo sanitario y consideran que un sistema de certificación sanitaria puede acelerar la creación de entornos seguros, que es lo que ahora mismo necesitan las empresas; la propuesta todavía está verde, pero lo sorprendente es que seamos nosotros y no los gestores políticos los que tengamos que impulsarla; ni hay planificación, ni tampoco ninguna imaginación", critica el presidente de la Associació Empresarial d'Hostaleria de Tarragona (AEHT), Francesc Pintado, quien también aboga por seguir agilizando e impulsando las pruebas de antígenos y PCR "de una forma periódica, más fácil y con menores costes". "También reclamamos la vacunación prioritaria de nuestros profesionales, que también han permanecido en primera línea durante toda la pandemia; a medida que avancen las vacunaciones y con el respaldo del pasaporte sanitario se podrá ir ganando en confianza y consolidando la movilidad".
Poblaciones pequeñas y medianas
Además de las duras restricciones horarias, el confinamiento municipal ha resultado devastador para los bares y restaurantes de las zonas menos pobladas, -que dependen de la afluencia de clientes de otras localidades- cuyos propietarios no entienden "la obsesión por imponer en toda Cataluña unas medidas que probablemente sólo necesita la ciudad de Barcelona y los grandes núcleos del cinturón metropolitano". "Lo más lógico sería un confinamiento por regiones sanitarias, o como mucho comarcal", reitera Juani Piñana, presidenta de la Associació d'Empresaris d'Hostaleria de les Terres de l'Ebre, un área geográfica que necesita de la movilidad provincial especialmente durante los fines de semana.
En la mayor parte de los pueblos de las comarcas pequeñas como el Priorat, las medidas de control sanitario han provocado el cierre temporal de la hostelería, ya que sin turismo "no tiene ningún sentido abrir". "Es un confinamiento encubierto, sin las contraprestaciones adecuadas a una situación tan crítica, y va a suponer la ruina a muchas familias", recuerda Roger Felip desde Priorat Enoturisme. "Lo lógico sería distribuir más a la gente en lugar de concentrar; no tiene ningún sentido que el restaurante de un pueblo pequeño, que se ha esforzado por cumplir con todas las medidas de seguridad sanitaria, no pueda abrir, y sí en ciudades más grandes con mayor riesgo de contagio", concluye Josep Ramon Guiu, presidente de la Associació d'Empresaris d'Hostaleria de la Conca de Barberà.
ERTEs hasta el 31 de mayo
"Se avecina un desastre para autónomos, empresas y trabajadores si no se acompaña de un plan urgente de medidas económicas", ha advertido el presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), Lorenzo Amor, mayoritaria en el sector de la hostelería, mientras se ultiman los flecos para prorrogar los esquemas de protección de rentas de empresas y trabajadores (básicamente Expedientes de Regulación Temporal de Empleo) hasta el 31 de mayo. Más de tres millones de autónomos activos en España arrancan 2021 pendientes de las prestaciones extraordinarias continúen; se calcula que para dos de cada tres, la factura de la pandemia ha superado los 15.000 euros, con unas pérdidas globales en España de más de 65.000 millones.
Según la última oleada del Radar de la Cambra de Comerç de Reus, el 75% de las empresas de su ámbito de influencia han sufrido reducciones de entre el 10 y el 25% en su volumen de negocio, de modo que no es de extrañar que el índice de confianza empresarial se haya desplomado en el último trimestre de 2020. Por su parte, el último Observatorio del gabinete de estudios de la Confederació Empresarial de la provincia de Tarragona (CEPTA), hecho público esta semana, considera fundamental extender las medidas de ayuda -continuidad de los ERTEs y renovación de las facilidades de los créditos ICO- hasta que desaparezca la incertidumbre por la situación "en los sectores de consumo social que seguirán padeciendo más como la hostelería, el transporte de viajeros, las actividades lúdicas y de ocio y el comercio presencial".
"Cualquier interrupción de los programas de ayuda para mantener la actividad económica puede ser más prejudicial que los efectos fiscales sobre el déficit y la deuda pública", defiende Juan Gallardo, codirector del gabinete de la CEPTA. Como horizonte temporal, Gallardo se atreve a vaticinar que, si la campaña de vacunación avanza con normalidad de acuerdo con las previsiones, "es posible vislumbrar que la temporada de verano ya será mejor que la del año anterior y que el otoño de 2021 marque el punto de inflexión de la pandemia".
La restauración considera que un sistema de certificación sanitaria puede acelerar la creación de entornos seguros
Sin compensaciones
Mientras no puedan trabajar con una cierta normalidad -los hosteleros reclaman con insistencia la apertura hasta las 11 de la noche para poder recuperar el servicio de cenas-, esos sectores más castigados por la Covid 19 -turismo y restauración, especialmente- exigen un sistema de ayudas efectivas "con todo el invierno y parte de la primavera por delante". "Es demasiado tiempo para tenernos cerrados sin alcanzar un estadio de cierta estabilidad sanitaria; más si se tiene en cuenta que llueve sobre mojado, puesto que desde marzo hasta hoy ninguna Administración ha sido capaz de crear un plan consistente de compensaciones", valora Jordi Ciuraneta desde Pimec Tarragona.
Según los datos que maneja Pimec, casi uno de cada tres autónomos catalanes ha experimentado una caída de ingresos de entre el 25 y el 50%; ocho de cada diez siguen padeciendo problemas de tesorería y más del 86% prevén problemas financieros. Todas patronales ligadas a la hostelería, que insisten en que "no somos el foco de contagio", describen una situación dramática: "Muchos asociados nos dicen que los ERTEs no se están cobrando desde octubre; necesitamos un modelo serio de compensaciones, similar al de los países de nuestro entorno. Incluso con el 50% de los ingresos, un porcentaje elevado de hosteleros ya no abriría en las actuales condiciones, pero nos dicen que no hay dinero, que miremos a Madrid, a Europa... La realidad es que los empresarios han cobrado 1.500 euros, con carácter general, y otros 2.000 unos pocos afortunados que se pasaron la noche al teléfono... ¿Es esto un país serio?, se pregunta Francesc Pintado desde la AEHT.
Comercio: las rebajas más atípicas
Después de una campaña de Navidad "aceptable", las rebajas han comenzado en un clima de incertidumbre. El frío y la lluvia tampoco han ayudado. Son semanas importantes, aunque no con el peso de antaño por la liberalización de la oferta. Desde Unió de Botiguers de Reus, Meritxell Barberà reconoce que el cierre de los grandes centros comerciales (La Fira) "sí se está dejando notar, junto a las campañas de concienciación que hemos realizado para subrayar los beneficios que entraña para la ciudad la decisión de comprar en los comercios de proximidad". El efecto positivo para el pequeño comercio de Reus -que también confirman en Tarragona ciudad los comerciantes de la Vía T e Unió de Botiguers de Tarragona- contrasta con las difícil situación que genera el confinamiento municipal y la prohibición de la apertura en fin de semana: "Está bastante flojo y nos conformamos con ir aguantando; nosotros ejercemos de capital comercial en la comarca, y nos perjudica mucho que no puedan desplazarse desde otras localidades, ni siquiera entre semana", reconoce Barberà, quien no entiende el sentido de cerrar los sábados, "si somos los mismos que entre semana... además, si se puede hacer el vermú también se puede comprar, no entendemos qué riesgo extra hay en entrar en una tienda si se cumplen escrupulosamente las medidas de seguridad sanitaria".
El decálogo de la hostelería
1. Exoneración de todos los impuestos y tasas municipales: Impuesto de Actividades Económicas (IAE), Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), tasa de basuras, agua (pago sólo de la consumida), alcantarillado, vados...
2. ERTEs hasta diciembre de 2021, no hasta mayo.
3. Ayudas directas a autónomos similares al del anterior estado de alarma.
4. Suspensión de costes fijos de contratación de potencia eléctrica
5. Alargar los plazos de pago de los ICOs de cinco a ocho años, además de rebajar sus tipos de interés.
6. Reducción del IVA en 2021
7. Programa de bonos turísticos
8. Rebajar la presión de inspecciones y sanciones rutinarias
9. Moratoria de la subida de la tasa turística hasta 2022
10. Plan de modernización y digitalización post-Covid