"Nosotros somos una oficina inédita en el Estado y no teníamos un manual de instrucciones; algo habremos hecho bien, ya que ahora se replica para coordinar el impulso al Corredor Atlántico... Realmente no tenemos poder ejecutivo, pero es esencial la tarea de mantener el contacto y el diálogo, tomar nota y trasladarlo a donde se toman las decisiones", explica Boira, quien asegura que no tiene sentido un planteamiento de "rivalidad entre corredores". "Los sistemas de financiación son independientes, y el Corredor Atlántico no va a restar dinero al Mediterráneo", asegura.
¿Por qué está costando tanto avanzar con el Corredor?
Hay que entender que no es un proyecto más, es un proyecto revolucionario y un reto enorme. No se puede comparar a la alta velocidad, cuyo objetivo es llegar más rápido. Es mucho más que un AVE, permitirá abordar retos logísticos que hoy no son factibles gracias al ancho internacional y a las conexiones portuarias.
¿Cuándo estará operativo?
Manejamos el horizonte 2030 para tener el Corredor operativo con una comunicación fluida. La idea es tener conectada Almería en ancho internacional en 2026. Por la información que manejamos a día de hoy, es factible que en un horizonte de dos años, en 2025, el ancho internacional pueda llegar a Tarragona. Ahora estamos con el cambio del ancho de vía entre Castelló y Tarragona.
¿Ha faltado voluntad política? Incluso se ha hablado de 'manos negras' para frenarlo.
Las cifras están ahí. Cuando yo llegué, me encontré con el 40% del Corredor sin planificar y hoy está al 100%. Había pocos tramos en obras y muchos bloqueados; hoy están todos en obras. Desde 2018 se han licitado 4.850 millones de euros, -con más de una licitación por semana-, se han adjudicado 3.870 y se han ejecutado 2.239. Los obstáculos son importantes y nos ralentizan, pero nadie puede argumentar con seriedad que hay una mano negra que frena el Corredor.
Cada provincia, en este caso Tarragona, le recibe con un 'qué hay de lo mío'...
Mi cometido es tener una visión general en la cabeza para un reparto adecuado de las inversiones. Hace falta perspectiva, con fuertes dosis de realismo y de pragmatismo. No podemos ir a infraestructuras más ambiciosas, cuando entre Murcia y Almería, por ejemplo, todavía no hay tren.
¿Puede llegar a producirse un embudo en Tarragona por el incremento de los tráficos?
No nos preocupa a corto y medio plazo. El marco geográfico de Tarragona en España y en Europa es privilegiado, y da una idea del potencial de futuro. Hasta cierto punto, y de alguna manera, es una 'bendición' que condiciona y presiona este territorio.
¿Le toca mediar en muchas peleas de campanario?
Aunque son lógicos los tiras y aflojas entre municipios, no ayudan. Para mí lo importante es diseñar una estrategia y mirar al futuro. La Generalitat tiene la responsabilidad de ordenar el territorio, y no se puede ordenar con trenes. Es algo mucho más complejo que el ferrocarril, y hago un llamamiento expreso a la generosidad de los Ayuntamientos. No se debería bloquear una infraestructura tan importante por una visión excesivamente localista. Mi despacho tiene las puertas abiertas, pido responsabilidad a los colectivos locales, sin tentaciones de exhibir alarmismos.
Algunos Ayuntamientos son muy críticos...
Reitero... hace falta visión de conjunto. Existe un plan muy importante para Tarragona que supone un gran cambio, y creo que existe una coherencia en las actuaciones. Como siempre, lo difícil no es hacer un plan, sino desarrollarlo. Y es innegable que se está desarrollando. En 10 ó 15 años se juzgará por las oportunidades que abre, y en 2025/2026 vamos a ver cosas muy novedosas tanto en mercancías como en pasajeros.
¿Qué proyectos destacaría, por su importancia, en este territorio?
La Estación Intermodal de Vila-seca, actualmente en estudio informativo saldrá a información pública este año y las obras deberían comenzar en 2026; la adaptación del túnel de Roda de Barà al ancho internacional, y el cambio de ancho entre Castellón y Tarragona, que está en ejecución. Será también una herramienta importante la redacción del Plan de Remodelación de la Red Arterial, con un plazo de 15 meses y una comisión mixta de seguimiento, que va estudiar la viabilidad de alternativas tan importantes como el tránsito de mercancías por el interior.
Tarragona no quiere más mercancías peligrosas por la costa...
Lo primero es no alarmar y convertir el Corredor en un problema de seguridad o salud pública, aunque sí es necesario estudiar alternativas para aminorar el impacto. Todo lo que no podamos mover por ferrocarril irá por camión en carretera. Los proyectos de obras públicas de esta envergadura no son fáciles en territorios tan poblados. Es más sencillo proyectar un AVE en territorios menos estructurados. No es una situación diferente a la de Valencia, con un túnel urbano, o Castellón, con gran afectación del trazado. Hay muchas similitudes en un Corredor difícil. El Plan de Remodelación de la Red Arterial no gustará a todos, pero confío que sí deje contento a un alto porcentaje.
¿Tienen solución los problemas de la Estación del Camp?
Es una decisión tomada en su momento que condiciona como un pecado original, y es lo que tenemos. Hay que jugar con las cartas que hay, y hacen falta consensos y acuerdos entre Adif, el territorio y la Generalitat para una buena conexión y organización de los flujos locales. No todas las poblaciones pueden tener una 'puerta' al Corredor, no es una red de metro.
Y una vez que lleguemos a la frontera, ¿Francia está haciendo sus deberes?
El problema no es tanto a corto plazo, pero sí en la planificación a medio y largo. Francia maneja el horizonte de 2040 en determinadas conexiones de la red europea, y para nosotros es demasiado. Europa sigue dependiendo en un 77% del camión, un porcentaje que sube al 95% en España y no se reduce. Nosotros tenemos que invertir mucho más para revertir este proceso y aminorar el diferencial, pero necesitamos a nuestros vecinos. El esfuerzo que se requiere es ingente, tenga en cuenta, por ejemplo, que hoy el 50% de los corredores europeos no permiten el paso de convoyes con el largo máximo estándar de 740 metros.
Asesor político de singular perfil humanista
Doctor en Geografía y profesor de la Universidad de Valencia, Boira -que recientemente ha intervenido como ponente invitado en el 'Bon Dia' de la Cambra de Comerç de Tarragona- cumplirá en julio cinco años como máximo asesor del Gobierno para el desarrollo del Corredor Mediterráneo. Un cargo político de perfil extraño: novelista y ensayista, es un estudioso del encargo recibido del equipo de Moncloa: entre otras distinciones, ha recibido el Premio de Ensayo Político Ramon Trias Fargas por un trabajo sobre las relaciones económicas entre Cataluña y Valencia: 'La Commonwealth catalano-valenciana. La formación del eje mediterráneo en el siglo XX' y el Premio Carles Rahola de la Fundación Prudenci Bertrana con el libro 'La Vía Augusta del siglo XXI: el Corredor Mediterráneo contra la España radial'. Además, es autor de libros como 'Roma y nosotros', que trata las relaciones culturales, artísticas y arquitectónicas entre la Corona de Aragón y la ciudad de Roma.