Este empresario holandés afincado en Tarragona es fundador y CEO de Messagenes, -antes lo fue de LCL y Eurofiber-, además de propietario de Jungle Trek. Es socio de StartSud y experto en procesos de transformación tecnológica.
¿Qué lecciones nos deja la pandemia respecto a la atracción de talento?
El talento mismo puede trabajar a distancia, y hace dos años no era tan obvio. Muchas empresas modernas aceptan que puedas vivir en otra ciudad. Que el talento local no tenga que mudarse, y ya existen las condiciones, cambia las reglas de juego. Las empresas buscan talento y no piden movilidad. En Reus ya hay grandes empresas con pequeñas oficinas de soporte; el resto prefiere trabajar desde casa y no quieren volver.
¿Las empresas han aprendido a ser flexibles?
No les queda otra. El talento ahora es más exigente. Las condiciones las pongo yo, porque hay escasez de gente preparada y con experiencia... En tecnología, en marketing digital... para tener los mejores tienes que adaptarte. Los perfiles de programación y con habilidades digitales tienen tanta demanda que el salario ha subido muchísimo, hasta un 40%. Un especialista, con un par de años de experiencia, está entre 30 y 45.0000 euros, imagínate uno con diez años... Y las grandes empresas no tienen más remedio que aceptar que se queden en casa.
¿Hay tanto dinamismo como se vende?
El reclutamiento de talento digital se está moviendo a ritmo de vértigo. Es una locura, personas con perfiles bien especializados, por ejemplo, programadores de juegos online, cobran entre 80 y 100.000 euros si aceptan responsabilidad. En esta coyuntura, el talento local no se muda, pero las empresas locales no pueden competir por una cuestión de músculo económico. Ahora se compite con salarios de gran ciudad y es complejo retener el talento.
¿Se trabaja con otros estímulos, aparte del dinero?
Para la generación nueva es clave si están contentos en el trabajo. Las estructuras antiguas, más autoritarias, con sistemas de recursos humanos del siglo pasado, que trabajan desde el control y la desconfianza, tienen los días contados. Hoy se requiere un entorno positivo, de confianza, de igualdad, de seguridad emocional... Si como empresa no puedes ofrecer eso, vas a sufrir, porque no te llegan los mejores.
Un cambio a ritmo de vértigo...
Claro que la situación da vértigo. La cultura empresarial se mueve muy rápido hacia un modelo basado en proyectos y equipos que se adaptan al cambio. Hay un trasvase de demanda, desde lo físico a lo digital. Si no cambias y sigues con el modelo antiguo, vas a quebrar: tu equipo de marketing, ventas, RRHH, procesos... prácticamente todo, y muchas de las empresas no son capaces. Los problemas logísticos de China, los costes de construcción con una subida del 40% metro cuadrado, la energía... todo ello genera presión y da vértigo. Las hipótesis de negocio previas no sirven, hay que buscar soluciones de forma creativa, y tener iniciativa y talento para ello, porque el problema de uno es la oportunidad del otro.