El efecto dominó ya salpica a prácticamente todos los sectores económicos con graves alteraciones en la estructura de costes, lo que congela la recuperación post-pandemia
TRANSPORTE
Una parte de los transportistas ha protagonizado la actualidad de las últimas semanas con su pulso al Gobierno por la subida de los carburantes. La Federación de Autotransporte de la provincia de Tarragona (FEAT) se ha mostrado contraria a unas formas que han generado alarma social y que ha tildado de "oportunistas". La patronal asume que los efectos de la crisis son de carácter general y se siente responsable de mantener intactas, en la medida de lo posible, las cadenas de distribución y aprovisionamiento. A su juicio, la situación es "gravísima", pero por el momento disponen de herramientas legales para repercutir en los precios la carestía del combustible.
PORT
Aunque todavía quedan bastantes meses para la 'prueba del algodón' de los tráficos del Port con Ucrania -cuyo grueso se produce a finales de año-, será prácticamente imposible que se puedan recuperar los niveles de intercambio previos a la invasión con un país severamente dañado. Las cifras del Port en el arranque de 2022 son excelentes, pero la coyuntura es adversa: la guerra ha incrementado los costes -ya más elevados a consecuencia de la pandemia- del transporte marítimo. Las navieras que transitan por zonas cercanas han comenzado a aplicar importantes recargos, entre el 20 y el 30% sobre los precios oficiales por efecto del conflicto bélico.
AUTOMOCIÓN
Las dudas en las cadenas de producción de Seat y sus ajustes de personal son una proyección en Cataluña de lo que sucede en España y Europa. La interconexión de las cadenas de suministro de piezas está generando un efecto dominó en el sector que se traduce en parones en las fábricas europeas. La crisis energética y su efecto sobre la inflación también se deja notar en los precios de las materias primas, no sólo carburante o gas natural, sino también en el níquel, el paladio, el hierro o el acero. Hace unos meses, las previsiones apuntaban a que la crisis de los microchips remitiera a finales del segundo semestre de 2022; a día de hoy, este plazo ya no parece realista.
CONSTRUCCIÓN
Honda preocupación en el sector por una subida inasumible de los costes: la subida en los primeros meses de 2022, sumada a la de todo el 2021, arroja porcentajes de +80% en el precio del acero, 60% el del aluminio, 10% el cemento o 20% la madera. Además de los desajustes que provoca este encarecimiento en las obras actualmente en construcción, los gremios de las comarcas del Tarragonès y Baix Camp alertan sobre las dificultades que atraviesan las empresas 'atrapadas' en licitaciones anteriores a esta exponencial alza de las materias primas y la energía, por lo que piden a las Administraciones cláusulas de revisión.
QUÍMICA
La patronal química lleva semanas advirtiendo que si los precios del gas y la electricidad se mantienen al alza de forma sostenida va a plantearse a corto plazo un problema de competitividad. Algunas multinacionales con presencia en Tarragona como Ercros o Messer ya han realizado ajustes temporales en el ritmo productivo en las plantas de consumo eléctrico intensivo. "Europa ya está trabajando con intensidad a medio y largo plazo para reducir en el futuro los riesgos de la dependencia energética, pero ahora aparecen urgencias que necesitan una reacción más inmediata". La patronal química considera que se requieren medidas excepcionales mientras duren las tensiones en el mercado energético.
AGROALIMENTARIO
El sector agroalimentario empieza a notar una dinámica habitual de las situaciones de contracción económica: el ascenso de las marcas blancas. Un fenómeno que ataca directamente a sus márgenes, ya que el consumidor, con menos renta disponible, apuesta por los productos de precio más bajo. En este entorno, los productors agroalimentarios de las comarcas de Tarragona sufren también las otras turbulencias de la situación actual: incremento de costes y incertidumbres logísticas, tanto en el aprovisionamiento como en la distribución. Un escenario ante el cual el único antídoto posible es continuar apostando por los productos de valor añadido y por hacer pedagogía de sus bondades.
TURISMO
La crisis de Ucrania vuelve a generar incertidumbre en el año de salida de la pandemia. El sector turístico de Tarragona había renunciado prácticamente al turista procedente de Rusia en 2022 a causa de la vacuna Sputnik. La apuesta por Ucrania y Polonia como sustitutos del mercado ruso tendrá que esperar por motivos evidentes. Turespaña, la Agencia Catalana de Turismo y la FEHT se centran ahora en el mercado español -preocupa la pérdida de renta por la subida del IPC- y en los clásicos (sobre todo francés, británico, alemán, holandés y belga). El cliente extranjero es 99% europeo, y una guerra tan cercana no ayuda en absoluto a generar confianza.
COMERCIO
Unas 150 grandes empresas españolas de distintos ramos tenían filiales en Rusia y Ucrania antes de la invasión. Gigantes mundiales como Maxam o Gestamp, del textil (Inditex), del turismo (Iberia o Amadeus) y revestimientos cerámicos (Porcelanosa) han activado planes de contingencia ante las sanciones a Rusia. Las empresas exportadoras de Tarragona tratan de buscar soluciones a una situación geopolítica que arruina las rutas comerciales convencionales por tierra, mar y aire, y transforma por completo la estructura de costes de los portes. Unas dinámicas que impactan en los balances del sector del comercio, que debe afrontar problemas de suministro en muchos de sus productos y más presión sobre los precios.