Los 600 millones de Iljin, quizá por lo inesperado o por su componente de innovación, han deslumbrado dentro y fuera de Tarragona. Sin embargo, hay otras importantes inversiones que llegan puntualmente cada año sin hacer demasiado ruido.
Sin ir más lejos, las de la industria química: Dow gastó el año pasado más de 100 millones de euros en una parada programada. Este año prevén invertir cerca de otros 50. Tanto Dow como Repsol se han significado especialmente dentro de su objetivo de cero emisiones netas en 2050. Esta última compañía ya anunció inversiones en el complejo industrial tarraconense por más de 1.400 millones hasta 2025 destinadas a proyectos relacionados con la transición energética.
El proyecto para desarrollar el vehículo autónomo que impulsa Applus Idiada desde Santa Oliva (Baix Penedés) ha sido preseleccionado entre las 27 propuestas estratégicos -al igual que el 'Valle del Hidrógeno de Cataluña' que lideran la URV y la AEQT- que ha planteado la Generalitat en Madrid como candidatas preferenciales a los fondos europeos Next Generation. El Govern valora este enorme reto tecnológico en casi 1.250 millones de euros, de los que se requieren 300 en el primer año. La idea es proveer a la industria automovilística de soluciones punteras de conectividad que conviertan a Cataluña en un referente.
Se merece también un párrafo el proyecto 'Calípolis Next Generation', que lideran el Port de Tarragona, Repsol, el Ayuntamiento de Vila-seca y Aitasa. En total, casi 350 millones de euros para una iniciativa que aglutina una docena de proyectos de desarrollo, -algunos ya planificados y en trámite de ejecución-, con la idea de transformar por completo el área de La Pineda más cercana a la bocana del puerto industrial. El contradique de Els Prats, la Zona de Actividades Logísticas (ZAL) -con un millón de metros cuadrados-, la desaparición de la monoboya de Repsol y la regeneración del espacio natural son algunas de las acciones más destacadas.
El Port ha puesto en los últimos años varias decenas de millones de euros, y proyecta invertir otros tantos, para rediseñar las plataformas de mayor proyección logística del territorio. La operación en el puerto seco de Guadalajara-Marchamalo y la participación en la Terminal Intermodal de Monzón (TIM) forman parte de este nuevo paradigma. Junto a estas inversiones, el Port continúa con la mejora de la logística del ferrocarril dando soporte a la plataforma de La Boella, operada por Combi Terminal Catalonia.