El caso más llamativo se ha hecho público hace sólo unas semanas tras el anuncio del aterrizaje en una parcela de 30.000 metros cuadrados del polígono de Els Comellarets (Mont-roig del Camp) de la surcoreana Iljin Materials, con una inversión de 600 millones de euros y la creación de 500 puestos de trabajo directos para fabricar a partir de 2024 elecfoil, un componente clave para la producción de celdas de baterías y productos electrónicos. Se trata de la tercera planta de la compañía a nivel mundial; en la actualidad operan dos fábricas, una en la propia Corea del Sur y otra en Malasia.

Los grandes fabricantes, especialmente de componentes para la industria, han puesto los ojos en los anillos que rodean Barcelona, con precios del suelo hasta un 70% más baratos

Según fuentes de Acció, la agencia para la competitidad empresarial de la Generalitat, especializada en internacionalización, Iljin escogió Mont-roig por sus conexiones y cercanía con la planta de Seat en Martorell, donde Volkswagen desarrollará su coche eléctrico, y la gigafactoría de baterías eléctricas que la multinacional alemana construirá en Sagunto (Valencia). Tarragona ha sido capaz de competir con éxito frente a otras ubicaciones, no sólo en Cataluña y España, sino también en Europa: "En Suecia tenían una gran oferta junto a la planta de Northvolt AB, empresa especializada en tecnología de iones de litio con base en Estocolmo; otra baza era Hungría, cerca Iváncsa, donde la también surcoreana SK Innovation proyecta una fábrica de baterías de casi 2.000 millones, la más grande de Europa", informan desde el Ayuntamiento de Mont-roig.

Tendencia que viene de atrás

La llegada del fabricante asiático ha supuesto una sorpresa para algunos, a tenor de los titulares de los medios generalistas, pero las ventajas del sur de Cataluña y la tendencia de atracción de inversiones por la carestía de Barcelona, en especial en el ámbito de la logística, no es nueva. "Tarragona combina activos muy potentes para atraer inversiones, como la disponibilidad de espacio, infraestructuras logísticas no saturadas y conectividad", reitera Josep M. Cruset, presidente del Port de Tarragona.

El corredor logístico del Baix Penedés, considerado el tercer anillo de Barcelona-, vuelve a captar todo el interés de los inversores. Las comarcas de Tarragona experimentan un auténtico 'boom' en nuevos proyectos, con la zona del Alt Camp a la cabeza, que aprovecha la escasez de suelo logístico e industrial del área de Barcelona. Además, otros puntos de la provincia continúan atrayendo nuevas inversiones, con casos muy destacables como el del polígono de Constantí y, en una Liga diferente, los ambiciosos proyectos que pivotan alrededor del Port Tarragona.

Tarragona hace valer su situación estratégica, bien comunicada a través de la autopista, con excelentes infraestructuras marítimas y buenas conexiones aéreas y ferroviarias

"El caso de Mont-roig sin duda es muy positivo, y confirma la tendencia sobre las oportunidades de Tarragona que veníamos vaticinando en nuestros informes; tiene un gran valor diversificador para toda el área de influencia del Baix Camp, de tradición agrícola, siempre con aspiraciones de atraer industria para generar nuevos empleos más allá del sector turístico, todavía muy estacional", describe Juan Gallardo, co-director del Gabinete de Estudios de la Confederación Empresarial de la Provincia de Tarragona (CEPTA), Juan Gallardo.

Aunque la decisión de Iljin Materials ha llamado poderosamente la atención a nivel nacional e internacional, Tarragona acumula en los últimos tiempos casi 1.300 millones en inversiones industriales comprometidas, según los datos de Acció: destaca por su cuantía el proyecto de Ecoplanta de Repsol, Enerkem y Agbar que la petrolera acogerá en su polígono petroquímico norte para crear sinergias. Se trata de la primera instalación en España capaz de transformar residuos sólidos urbanos no reciclables en metanol, materia prima para plásticos y biocombustibles. La ecoplanta prevé abrir a finales de 2025 y la inversión rondará los 300 millones de euros. El fabricante de madera contrachapada Kronospan (180 millones en Tortosa) o Covestro (200 en el site químico de Tarragona) completan este exclusivo listado. No están lejos los casi 1.700 millones invertidos en el quinquenio 2017-2021 y siguen por encima de los algo más de 800 de los cinco años anteriores (2012-2017).

La tendencia hacia la relocalización industrial y logística va más allá del sur de Cataluña. Además de la mencionada megaplanta de Volkswagen en Sagunto, el municipio extremeño de Navalmoral de la Mata acogerá la segunda gigafactoría de baterías de automoción de España. La planta estará impulsada por Acciona y el grupo asiático Envision, que realizarán una primera inversión de 800 millones de euros, si bien se prevé que lleguen a superar los 2.000 con la ayuda del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PERTE) de Energías Renovables, Hidrógeno Renovable y Almacenamiento.

Reindustrialización 4.0

Con una perspectiva más amplia, la directora de la Càtedra per al Foment de la Innovació Empresarial y coordinadora del Màster en Emprenedoria i Innovació de la Universitat Rovira i Virgili (URV), Mercedes Teruel, prevé cambios profundos tanto en España como en Europa por una cuestión estratégica: "A medio y largo plazo se van a impulsar industrias estratégicas para asegurar las cadenas de suministro, de manera que sean más cortas y cercanas". Según el Colegio de Economistas de Cataluña, "se constata que las cadenas de suministro largas y sin apenas stock son demasiado frágiles; se avecina un proceso de cierta relocalización en Europa porque hoy, con la industria 4.0, donde el peso de la mano de obra no es tan importante, puedes reubicar fábricas con un abanico mayor de posibilidades".

A juicio de Agustí Segarra, catedrático los eslabones más débiles de la globalización han salido a la luz con la pandemia, y la UE debe establecer políticas industriales para "domesticar a una bestia desbocada e incontrolable". Tarragona y Cataluña pueden jugar un papel relevante si Europa es capaz de recuperar su peso específico. "El proyecto europeo, también a nivel industrial, requiere una mayor cohesión y una mayor capacidad de liderazgo como actor global".

Por todos los argumentos expuestos, los agentes económicos del territorio aplauden la inversión y confían en el efecto tractor de la planta de Iljin, que multiplicará el empleo en la cadena de proveedores locales, como se comprobó tras la apertura en Malasia hace unos años: "Es muy relevante todo lo que suponga diversificar la economía para que no dependa tanto del turismo, del sector petroquímico y de la industria nuclear", subrayan desde el Grupo de Investigación de Industria y Territorio de la URV.

Desde su punto de vista, en pleno debate sobre la pérdida de músculo industrial, aumenta la posibilidad de atraer inversiones en actividades complementarias de alto valor añadido. Las Cámaras de Comercio de Tarragona y Reus también destacan los beneficios indirectos de la llegada del gigante surcoreano: "Es una inyección de optimismo en momentos bastante delicados para el tejido industrial". Tanto Foment del Treball como los sindicatos UGT y CCOO consideran esencial fortalecer el peso de la industria en el PIB catalán y creen que la futura planta de Iljin refuerza este modelo productivo para crear empleo a su alrededor en otros sectores.