El récord es posible. No se trata sólo de sensaciones o buenos deseos. Según los datos que maneja Carme Poveda, directora de la Memoria Económica provincial que elabora el Consell General de Cambres de Catalunya, ya en los cinco primeros meses del año las cifras están a la altura del histórico 2019. "Si todo va bien y no se añaden nuevos factores de incertidumbre, es posible superar los máximos; en el Camp de Tarragona falta un 3% para igualar los registros, pero en mayo ya hemos visto cifras pre-Covid; es más, en las Terres de l'Ebre ya se sitúan por encima (+3,4%) de los primeros cinco meses, completamente recuperados... esperamos que siga esta dinámica y se confirmen las excelentes previsiones".
El objetivo del sector, según Xavier Guardià, el portavoz de la potente Federació d'Hostaleria i Turisme de Tarragona (FEHT), que representa al 90% de las plazas turísticas de la provincia, es acercarse a los datos de 2019, la mejor temporada que se recuerda con más de 17,6 millones de pernoctaciones. De momento, el arranque en el puente de San Juan ha sido inmejorable, gracias a ocupaciones cercanas al 90%. Hay confianza, si bien el modelo de movilidad post-Covid, con mayor inmediatez en las reservas, no permite la certeza absoluta en las previsiones: "Las reservas van bien, pero es difícil saber qué pasará en octubre; el cliente contacta con menos antelación, no tiene tanta prisa porque en pandemia se han acostumbrado a que no haya problemas para encontrar alojamiento", analiza Guardià.
"Por fin llegan los turistas internacionales, que se suman a un mercado doméstico que hemos consolidado en estos años tan duros... Si no hay inconvenientes de última hora, prevemos ocupaciones similares al 2019, y además intentaremos alargar al máximo la temporada, porque lo necesitamos", subraya Berta Cabré, presidenta de la FEHT.
Calvet cree que «2019 fue un año de récord total, pero igualar cifras de 2017 y 2018 ya estaría muy bien». Las mismas sensaciones halagüeñas abundan en los campings. «Las previsiones para el puente son buenas, hablamos de cifras similares a las de 2019. Lo son para toda la temporada, si no pasa nada», comenta Mireia Sans, presidenta de la Associación de Campings de la Costa Daurada y las Terres de l'Ebre. «Los extranjeros ya están llegando, franceses, holandeses, belgas, irlandeses, ingleses. También va a ser un puente muy nacional, que a la vez es el pistoletazo de salida definitivo a la temporada. Estamos en una ocupación media del 90% y en cifras similares a 2019», admite Sans.
No todo es 'sol y playa'
Las buenas perspectivas no afectan sólo a los destinos de costa. Los hoteles de Tarragona ciudad han cerrado junio con una ocupación que ronda el 80%, y las terrazas también lo notan. "Son los mejores meses en mucho tiempo", resume Xavier Jornet, presidente de la Asociación de Hoteles de Tarragona (AHT), con la sorpresa del turismo alemán tras recuperar la presencia, más habitual, de viajeros franceses y británicos. "El ritmo de reservas previas es bueno, lo que nos da cierta tranquilidad, ilusión y confianza", expone.
Por su parte, Magí Mallorquí, presidente de la Associació Hotelera de la Província de Tarragona (AHPT), que aglutina a los grandes hoteles del interior de las comarcas tarraconenses, confía en el mercado internacional para colgar el cartel de completo (entre el 90 y el 100% de ocupación), tanto en la costa como en el interior. "La Semana Santa ya fue muy bien, y Sant Joan también, lo que anticipa un poco el verano; en la costa podríamos estar en el 90 o 95% y en el interior al 70 u 80%".
'Carpe diem' versus Inflación
Por supuesto, con las vertiginosas subidas en suministros y proveedores, los empresarios turísticos también han subido los precios, más o menos en las tasas de inflación actuales, es decir, entre un 8 y un 10%. Se intenta minimizar el encarecimiento de precios, y en parte se consigue por las ofertas firmadas con mucha antelación con los grandes touroperadores, y además de por la fuerte competencia.
"Estimamos -avanza Xavier Guardià-, un impacto mayor en 2023, porque ahora la gente tiene ahorros y les pueden las ganas de salir". En esencia, los agentes del turismo estiman que la inflación va a notarse en términos de rentabilidad, ya que no se puede repercutir las subidas en los precios, y también en estancias más cortas por el efecto sobre el poder adquisitivo de las familias.