La economía de la demarcación de Tarragona creció con fuerza (+6,5%) en 2021, la segunda provincia más dinámica después de Girona. Aunque la situación es muy distinta según los sectores, todavía no se ha logrado superar la debacle de 2020, que supuso una caída de 11,4% del PIB. Como resultado de esta evolución positiva de la economía, el número de empresas tarraconenses se ha recuperado intensamente y roza las 25.000 en mayo de 2022, aproximándose a la cifra de mayo de 2019, después de la intensa reducción sufrida durante 2020.
Según refleja la Memoria Económica de Tarragona 2021, -impulsada por el Consejo General de Cámaras de Cataluña y presentada esta semana en la Cambra de Reus-, el empleo se sitúa en máximos históricos, se experimentó un aumento de las exportaciones superior al 30% y, poco a poco, el sector turístico se aproxima a valores de 2019. "Lo que más preocupa son las cadenas de suministro, con más del 50% de empresas afectadas en la industria, y un 60% en la construcción, lo que significa que los problemas transitorios se han convertido en permanentes; también son muy nocivos los efectos de la inflación subyacente -sin energía, combustible y alimentos no elaborados-, es decir, ya contagiada a toda la cadena de valor", explica Carme Poveda, directora del documento.
Como nota positiva, Poveda resalta los datos de empleo. "La reducción del paro ha sido continuada y estamos en cifras de antes de 2008". El balance es algo más positivo en la economía de las Terres de l'Ebre que en el Camp de Tarragona, pero en ambos casos se han recuperado cifras precrisis. Esta economista estima que los ERTO han permitido que la recuperación del mercado laboral haya sido muy rápida. De hecho, en 2021 las afiliaciones crecieron un 5,1% en el Camp de Tarragona (tras caer un 1,7% en 2020) y un 3,7% en Terres de l'Ebre (no cayeron en 2020). En el primer trimestre de 2022 se ha alcanzado un máximo histórico de 41.445 afiliaciones en las Terres de l'Ebre, que supone un aumento del 10,3% respecto a marzo de 2019, mientras que en el Camp de Tarragona se ha llegado a 187.894 afiliaciones, un 4% más que en el mismo mes de 2019.
Resiliencia de las exportaciones
En 2021 las exportaciones de Tarragona aumentaron un 30,6% respecto a 2020, porcentaje superior al 21,5% registrado por el conjunto de las exportaciones catalanas. "Estos datos tan llamativos se explican por las exportaciones de productos químicos (+45%) y petróleo (+120%), que conjuntamente representan el 43% de las exportaciones totales en Tarragona; son cifras nominales, no tanto en volumen, derivadas de la subida del valor", analiza Poveda. También han aumentado las ventas al extranjero de otros bienes de equipo (6,8%), de preparados alimenticios (2,7%) y de frutas, hortalizas y legumbres (8,4%).
En los primeros cuatro meses de 2022, ha continuado la tendencia expansiva con un crecimiento interanual acumulado del 20%, superior al 14% registrado por el conjunto de Cataluña. Además, el número de empresas exportadoras regulares en Tarragona aumentó en 2021 hasta un máximo histórico de 1.063.
Perspectivas económicas más inciertas
El otoño de 2022 se vislumbra con la economía a la baja por la inflación, cuya moderación depende de factores externos, como la guerra de Ucrania, y también de otros internos, como la política monetaria. "El BCE sube tipos de interés y eso afectará; habrá que ver la capacidad para evitar una inflación estructural, quizá con un pacto de rentas, y las políticas para reducir el impacto en familia y empresas", expone la directora del estudio. Las esperanzas están puestas en el fuerte dinamismo del mercado laboral, el turismo y los fondos Next Generation. "Suponen una oportunidad única, y esperamos que tengan el efecto tractor esperado; dependerá de una justa distribución territorial, de la capacidad de colaboración público-privada, de una coordinación más ágil y de la selección adecuada de los proyectos".
"Los Next Generation no van a llover del cielo"
Según el Marco Financiero Plurianual, España recibirá 140.000 millones de los fondos europeos Nex Generation, 30.000 de ellos ya en este 2022, lo que debería suponer un efecto multiplicador de más 500.000 millones de arrastre en la inversión privada. "Toca abrir nuevas ventanas y pintar nuevos escenarios, y esto no es fácil de ejecutar... Lo veo como una gran oportunidad para ver qué capacidad tenemos de entendernos en el impulso del cambio", explica Agustí Segarra, catedrático de Economía de la Universitat Rovira i Virgili (URV), que esta semana ha presentado en la Cambra de Comerç de Reus su estudio sobre 'Los fondos Next Generation en el ecosistema de I+D+I del Camp de Tarragona y las Terres de l'Ebre'.
"Debemos examinar nuestras competencias y ser cohesionados para conseguir los mejores resultados... Las acciones de hoy van a determinar nuestro futuro, que está en nuestras manos y tenemos que creer en ello, aspirar a transformarlo", sostiene Segarra. Dicha transformación pasa por la correcta concreción de los proyectos estratégicos (PERTE) y el posicionamiento en ellos. "Las empresas grandes son imprescindibles, por su capacidad tractora, pero también las pequeñas: el sur de Cataluña está de moda, si a las empresas que se les hace un buen landing, quieren venir, no debemos tener ningún complejo para salir reforzados y con más valor añadido... Vendrán otras en los sectores típicos y también en los atípicos".
Entre otras, Segarra considera acertada la apuesta por el vehículo eléctrico. Anima a los empresarios a que consulten prioridades y necesidades, porque los recursos no van a llover del cielo. "Hay que trabajarlos y competirlos, y toca picar piedra en sintonía con las Cámaras de Comercio, Administraciones, universidades, etc". A su juicio, el hidrógeno verde es una apuesta más arriesgada porque "es una tecnología que todavía tardaremos décadas en dominar, aunque entramos en la transición para fabricar y almacenar. Asimismo, Segarra entiende que la industria agroalimentaria va a ser clave, y Reus da muestra de un gran potencial. Desde la URV, pide un gran acuerdo estratégico entre los dos grandes Ayuntamientos del Camp de Tarragona, que deben liderar todo el proceso. "Luego vendrán los demás".
El documento profundiza en el cambio estructural hacia un modelo económico más inteligente y sostenible, que por vez primera tiene un enorme presupuesto asignado (750.000 millones para toda la UE), con capacidad de arrastre vertical y transversal. "Los NG no sólo afectan al sector concreto que recibe la inversión, a todos; lo que vamos a ver es un abanico de estructuras de transferencia tecnológica que están poco utilizadas, a las que les falta mucho para madurar, pero son las que están transformando, por ejemplo, la capacidad productiva de los Lander en Alemania, con una red de centros tecnológicos es para admirar y aprender de ella".
"Yo -propone Segarra- los invitaría al Tecnoparc a una 'Feria de la Transferencia' para ver qué hacen y cómo. Ya digo que no es nada fácil hablar un lenguaje común entre empresa y tecnología... En el ICIQ (Institut Català de Investigació Química, con sede en Tarragona), por ejemplo, se centran mucho en investigaciones con un enorme potencial, pero hay un 'gap' entre la empresa, que necesita una solución más inmediata, y el investigador, que está en otra burbuja".
El catedrático de la URV considera que los mimbres son ilusionantes, con centros tecnológicos de primer nivel. "Los fondos los reparte el Estado, pero luego existe mucha competitividad, y hace falta cohesión para que Cataluña se lleve un buen porcentaje o no lo consiga. Han pasado dos años y ya se han hecho cosas... Tenemos la partitura, pero ahora hay que ejecutarla".