La incertidumbre económica y la subida generalizada de precios por la rotura de las cadenas de suministro han enfriado la ebullición que vivía la náutica de recreo desde finales de 2020; aunque las cifras todavía son positivas de cara a 2023 (las ventas se realizan con muchos meses de adelanto), el mercado vuelve a registros más estables. Tanto los astilleros como las empresas que comercializan el producto confían en que la buena dinámica haya llegado para quedarse y que los atractivos de la náutica consoliden la economía azul como tendencia de futuro.
Luces y sombras en el horizonte del sector náutico, que vive un momento de auge debido a la evolución posterior a la crisis del coronavirus. "Nosotros hemos sido un sector privilegiado por efecto de la pandemia; mucha gente lo vio como una actividad refugio, -que mezcla mar, deporte, familia y bienestar en un entorno seguro-, y se abrió a la náutica... donde podías huir de los riesgos sanitarios, montar en el barco y navegar con un círculo cerrado... Eso, frente a tirar la toalla en la playa, con mayor masificación, se convirtió en una fórmula de éxito", describe Rodolf Guasch, CEO de Hermanos Guasch, uno de los grandes referentes en la provincia de Tarragona.
Este contexto ayuda a explicar un crecimiento de dos dígitos en el acceso a las actividades náuticas en 2021, tanto en la venta (+30%) de embarcaciones como el chárter náutico, con alquileres de barco, moto de agua, pequeños barcos sin titulación... "Muchos clientes -rememora Guasch- avanzaron su proyecto de navegación, pues ya tenían previsto empezar a navegar y lo adelantaron en función de las circunstancias; ya que no se podían hacer vacaciones, un barquito era una gran opción en tiempo de restricciones".
Toni Subirana, gerente de BeCharter, compañía de referencia en el alquiler de barcos en la costa catalana y Baleares, prevé un crecimiento importante del sector durante los próximos cinco años hasta llegar a un escenario de estabilización: "La pandemia ha despertado un mercado, el local y el nacional, que hasta ahora en nuestro país le daba la espalda a esta actividad. En los próximos años observaremos una presencia notable del alquiler de embarcaciones como actividad preferente de ocio, como ya lo es actualmente en otros países vecinos como Francia, Alemania e Inglaterra".
En Tarragona, según datos de la Asociación Nacional de Empresas Náuticas (ANEN), las ventas del mercado náutico ya se han estabilizado en 2022 (75 embarcaciones en el primer semestre, frente a las 79 de 2021), tras regular el pico de demanda que se vivió desde finales de 2020: "Ya se puede viajar y entran en la ecuación otros estilos y destinos vacacionales... tanto en la venta como en el chárter, vemos ya que no hay la demanda del 20/21, aunque afortunadamente se compensa con gente que se acercó a la náutica en pandemia y se queda", exponen desde Hermanos Guasch.
15% de caída en las matriculaciones
En el cómputo de matriculaciones de embarcaciones por provincias la incidencia de incertidumbre económica ya se deja notar de forma generalizada. Además de Tarragona, apenas se salvan las Islas Baleares, -con una cuota de mercado del 17%-, que es el territorio que muestra mayor vitalidad (719 frente a 721), junto a Girona (252 frente a 241, +4,5%) y Guipúzcoa (30 frente a 22, +36%). Barcelona cae más de un 10% (406 frente a 453).
Entre enero y junio se matricularon algo más de 3.500 embarcaciones de recreo en España frente a las cerca de 4.200 de 2021 y las 2.500 de 2020, en plena pandemia. Desde una perspectiva más amplia, las cifras de ANEN muestran cómo el mercado náutico comienza a acusar la desconfianza en la evolución de la economía, así como la crisis de los suministros que impacta especialmente en la entrega de embarcaciones. La coyuntura internacional provoca un descenso del 15% de las matriculaciones en España en el primer semestre.
"Nuestro mercado, al igual que otros sectores vinculados a la industria, entre ellos el de la movilidad, viene sufriendo una desaceleración inicialmente provocada por la crisis logística y falta de suministros, y agravada en los últimos meses por la guerra de Ucrania y la incertidumbre general que se está instalando en la economía, aunque el mercado del chárter resiste con cifras similares a las de 2021, lo que muestra que la afición a la náutica y el consumo de turismo náutico sostenible sigue estando entre las propuestas elegidas por los usuarios", analiza Carlos Sanlorenzo, secretario general de ANEN.
Perspectivas 'prudentes' en 2023
Los empresarios consideran que la radiografía y la dinámica actual del sector siguen siendo positivas, ya que las ventas son buenas, pero se va contagiando una sensación de intranquilidad. "Nosotros anticipamos mucho la venta, que se hace con muchos meses de antelación, y se han ido cerrando operaciones, aunque con la guerra de Ucrania, la inflación, la subida de tipos, la inestabilidad de los mercados financieros... Al final el comprador prefiere aplazar la decisión a la espera de ver cómo evoluciona todo", comenta Rodolf Guasch, que augura una estabilización del mercado cuando las aguas vuelvan a su cauce. "Nos afectan más al mercado medio bajo, de 6-8 metros, a partir de 12-15 va a una tipología de comprador que al que no le influyen tanto las situaciones coyunturales".
En todo caso, las previsiones son prudentes de cara a 2023, pues la ralentización del sector se hace cada vez más patente. Por una parte, el 'boom' por efecto del Covid, que hizo crecer artificialmente el mercado en 2021, se va desinflando. Por otra, se aprecia un incremento muy importante en los precios, con tarifas en constante alza, y los clientes prefieren esperar a una fase de mayor estabilidad: "No hay capacidad para satisfacer la demanda, ni de materias primas (resinas, fibras, metacrilatos...), ni de producto acabado, por lo que la entrega inmediata se ha revalorizado, como sucede con los automóviles; hay astilleros con el 80/90% de las producciones vendidas en 2023, y marcas con muchas dificultades para llegar a la entrega.. En el sector del catamarán ya se está vendiendo producto de 2024".
Fortaleza del chárter
A pesar de este panorama incierto, las grandes empresas de alquiler pronostican que para 2023-2024 se habrá superado la flota de 2019, así como el número de operadores con la llegada de nuevos actores. BeCharter prevé que durante los próximos años asistamos a una concentración del número de operadores, compras y fusiones de las empresas de alquiler de embarcaciones con el objetivo de fortalecerse y alcanzar cuotas de mercado superiores. Un buen ejemplo es la reciente alianza entre el Grupo Beneteau y PPF para consolidarse como el número uno a nivel mundial en el alquiler de yates mediante su participación en las empresas de chárter Dream Yacht Group y Navigare Yachting. Según el director general adjunto del Grupo Beneteau, Luca Brancaleon, "la estrategia pasa por encontrar sinergias; en el Mediterráneo es importante trabajar en grandes grupos o en pequeñas empresas... los grupos medios no sobreviven".
"El alquiler de embarcaciones ha venido para quedarse", sentencia Toni Subirana, quien subraya que "para impulsar su futuro, el sector deberá apostar por productos atractivos vinculados a la sostenibilidad: embarcaciones electrificadas, certificaciones medioambientales ISO 14001, banderas azules, etc." "El mercado demanda sostenibilidad y, al fin y al cabo, el planeta la necesita, sin duda será un punto decisivo en los operadores que dominarán el mercado los próximos años".