El reto de la desestacionalización continúa lejos de los objetivos marcados en los planes estratégicos que maneja la industria turística del territorio. A modo de ejemplo, el aeropuerto de Reus cierra hoy sus puertas hasta Semana Santa por falta de compañías interesadas en ofrecer vuelos a y desde la Costa Daurada. Ninguna aerolínea ha programado operaciones para los próximos meses, lo que significa que no hay actividad en invierno desde 2019 en las instalaciones de Reus, antes de anularse la ruta de Ryanair con Londres-Stansted.
El pasado año se intentó mantener operaciones durante la temporada baja gracias a la oferta de vuelos con Gran Canaria de la aerolínea Binter, pero la ruta desapareció en noviembre por la falta de demanda. Será el único aeropuerto catalán sin vuelos hasta abril. A título comparativo, en el de Girona-Costa Brava el número de asientos para la nueva temporada de invierno asciende a 87.200: Polonia (+10%) y Reino Unido (2%) son los dos destinos emergentes.
Paradójicamente, pese a que Reus se queda sin vuelos y se aleja el objetivo de poder flexibilizar más la temporada turística, en términos de recuperación de la actividad, el aeropuerto sí ha tenido un buen comportamiento en los meses de verano, con más de 800.000 pasajeros entre marzo y septiembre, el 86% de los recibidos en un año excepcional como 2019. Lejos de la autocrítica por el parón invernal, la Mesa del Aeropuerto subraya el éxito de su estrategia de promoción en un escenario post-pandemia, con los carburantes en máximos y conflictos laborales.
Optimismo y objetivos ambiciosos
"Trabajamos para posicionar el destino, hemos intensificado la relación con las compañías y hemos impulsado acuerdos de marketing para conseguir que, a la hora de decidir la apertura o mantenimiento de rutas por parte de las aerolíneas, nuestro aeropuerto fuera una elección interesante, viable y segura. Con el actual contexto de crisis energética y otros condicionantes, las cifras confirman que este objetivo se ha logrado: la recuperación del turismo internacional en la Costa Daurada ha pasado este año por el aeropuerto de Reus", confirma la presidenta del Patronato de Turismo de la Diputación, Meritxell Roigé.
Este 'cierre' temporal de las instalaciones se considera coyuntural y no es obstáculo para que el plan director del aeropuerto, que prevé superar los dos millones de pasajeros en diez años, continúe adelante en trámite de información pública. Si la evolución de usuarios es la prevista, el documento incluye inversiones por más de 100 millones de euros, entre ellas la construcción de una nueva terminal de 25.000 metros cuadrados.
Adiós 'sine die' al turismo ruso
Además de la importante subida de los costes energéticos y de los suministros, lo que se ha dejado notar en las cuentas de explotación, la presidenta de la Federación Empresarial de Hostelería y Turismo de la provincia de Tarragona (FEHT), -entidad que representa el 90% de las plazas de alojamiento de la provincia-, Berta Cabré, ha destacado la pérdida del turismo ruso y de los países de Europa del Este, sin fecha de retorno, como principal efecto de la guerra de Ucrania.
El turismo de Europa del Este se había convertido antes de 2019 en otro factor importante para alargar la temporada, con un número importante de visitas en mayo y octubre. "No sabemos cuándo podremos volver a recibir a los visitantes rusos, pero el encarecimiento de los costes de explotación hace que sea muy complicado establecer los precios y cerrar acuerdos con los touroperadores; somos muy conscientes de que la situación hará que las familias pierdan poder adquisitivo y, por tanto, puedan destinar menos presupuesto a sus vacaciones y ocio".
Más problemas para Hard Rock
Por lo que respecta a Hard Rock, otra de las esperanzas de la Costa Daurada para incrementar el flujo turístico durante todo el año a medio y largo plazo, tampoco hay buenas perspectivas. El proyecto vuelve a ralentizarse después de que el departamento de Acción Climática de la Generalitat haya pedido modificaciones relevantes para ajustarlo a sus criterios ambientales.
Los más optimistas, entre ellos el alcalde de Salou, Pere Granados, confían en que el plan director urbanístico (PDU) pueda aprobarse antes del final de año, pero el conseller de Territorio, Juli Fernández, reconoce que todavía no tiene encima de la mesa ni el informe que reclama modificaciones de impacto ambiental, ni tampoco el de seguridad industrial que certifique que se han realizado los ajustes necesarios para adaptar Hard Rock a la normativa de riesgo químico.
No todo son malas noticias. Uno de los pocos efectos positivos del cambio climático es la bonanza meteorológica en zonas como Tarragona, que ya vivió una espectacular Semana Santa, y que ahora ve cómo la temporada se alarga al menos hasta el puente de Todos los Santos. Las altas temperaturas para esta época del año han propiciado excelentes ocupaciones en hoteles, apartamentos y campings, con Halloween como 'nuevo' recurso temático. Respecto a lo que resta de temporada, los empresarios prevén una situación similar a la de 2019: "Algunos hoteles y campings comienzan a cerrar al llegar la temporada baja... Los establecimientos que se mantengan abiertos lo harán con ocupaciones medias, básicamente de turismo senior centroeuropeo, turismo deportivo y eventos".
De cara al futuro, otra de las asignaturas pendientes es la fidelización de los profesionales del sector y una tarea permanente para mejorar su imagen". Actualmente, según las estimaciones de la FEHT, el 90% de las plantillas ya trabajan con un contrato fijo. El turismo es el principal motor socioeconómico de la provincia de Tarragona, con un PIB específico turístico y un impacto del 25,70% respecto al total. Además, un 28,5% de los cotizantes a la Seguridad Social corresponden a los sectores de turismo y hostelería.