Cumplir el calendario de proyectos tan ambiciosos como la Zona de Actividades Logísticas (ZAL) del Port de Tarragona, el megaelectrolizador de Repsol para producir hidrógeno verde, la ecoplanta que generará energía limpia a partir de residuos urbanos, la nueva fábrica de Lotte Materials en Mont-roig o los prototipos que desarrolla Idiada en Santa Oliva, entre otros, exige una notable mejora en la gestión de las ayudas públicas. Las empresas empujan a las Administraciones, que no siempre son capaces de seguir el ritmo.
Como contexto general, España ha recibido de la UE hasta la fecha tres pagos equivalentes a 37.000 millones de euros, aproximadamente la mitad de lo previsto en una primera fase de 70.000. En 2021 España recibió 9.000 millones de prefinanciación y 10.000 millones de euros correspondientes al primer pago semestral por parte de la CE. El segundo pago, por importe de 12.000 millones de euros, se realizó a finales de julio de 2022, y el tercero se aprobó en febrero de este año, por valor de 6.000 millones. El Gobierno español trabaja en la solicitud del cuarto pago de 10.000 millones de euros, prevista para el último cuatrimestre de este año. La adenda para recibir los 94.300 millones restantes hasta el total comprometido con la UE ya está aprobada.
Según los últimos datos disponibles, a Cataluña se le han asignado hasta la fecha casi 3.500 millones de euros; es la segunda autonomía con mayor partida presupuestaria, sólo por detrás de Andalucía (casi 3.700), y por delante de Madrid (2.500) o la Comunidad Valenciana (2.200). Globalmente, las Comunidades Autónomas disponen de 23.500 millones de euros; hasta hoy han resuelto convocatorias de subvenciones y pujas por valor de 4.600 millones de euros, apenas un 20% del total asignado. No obstante, la Generalitat defiende que ha sido capaz de comprometer los fondos con mayor eficacia, ya que se acerca al 28%, muy por encima de la media estatal.
70% de los recursos movilizados
En la práctica, la Generalitat había ingresado cerca de 2.850 millones de euros procedentes del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR) antes del verano, y ya ha puesto casi 2.000 (70%) a disposición de la ciudadanía en forma de convocatorias de subvenciones, pujas o transferencias directas a otras entidades del sector público. "A pesar de las limitaciones y las ineficiencias del mecanismo de reparto, la Generalitat está haciendo una buena gestión de los fondos Next Generation EU", defiende la consejera de Economía y Hacienda, Natàlia Mas Guix.
En total, entre la asignación a la Generalitat, las convocatorias y licitaciones que el Estado ha resuelto en el territorio catalán, y las concesiones directas a entidades catalanas, el impacto de los fondos Next Generation en Catalunya supera los 5.650 millones de euros, casi 3.200 de los cuales ya se han adjudicado a más de 34.000 beneficiarios, incluidas empresas (9.200), corporaciones locales (635), centros de investigación y formación (217), particulares (23.000) y entidades sin ánimo de lucro (563), tercer sector y otros (112). Se calcula que los recursos han llegado al 94% de los municipios de Cataluña.
Proyectos estratégicos en Tarragona
La Generalitat ha puesto a disposición de los ciudadanos un mapa digital interactivo "representativo y no exhaustivo" con algunos de los proyectos destacados que se financian con fondos Next Gen. En la provincia de Tarragona aparecen una veintena de actuaciones de muy distinta índole que giran en torno a cuatro grandes ejes transversales: la transición verde -con planes para impulsar la descarbonización, la eficiencia energética y el despliegue de energías renovables-; la transformación digital -que garantice la extensión de la tecnología 5G e incentivar la implantación de la inteligencia artificial (IA) y el big data-; la cohesión social y territorial -con el fin de combatir los efectos de la despoblación en la España vaciada-; y, por último, un gran paraguas con el sello 'smart' en ámbitos como la salud o la educación.
En este gran cajón de sastre caben proyectos tan dispares como la nueva estación ferroviaria de Salou-PortAventura, la ampliación de la vía verde de Amposta, la recuperación de los ecosistemas del Delta del Ebro, la protección de los olivos monumentales del Montsià y Baix Camp, el apoyo económico a jóvenes investigadores del IPHES (Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social), la formación de docentes de cara a la industria 4.0, las inversiones en Patrimonio Histórico, las ayudas a la agricultura de precisión o el kit digital para microempresas, por citar algunos.
El montante total financiado por la UE en estas acciones ronda los 50 millones de euros, pero sólo es la punta del iceberg de lo que está por llegar, pues los agentes institucionales y económicos de referencia en Tarragona llevan ya varios años trabajando para coordinar sus proyectos, que abren vías a la colaboración público-privada. En total, los distintos sectores (industria, turismo...) que hasta la fecha han hecho públicas sus intenciones actualmente ya suman cerca de 4.000 millones de inversión.
Los fondos europeos estimulan megaproyectos como Calípolis Next Generation (350 millones), el Valle del Hidrógeno de Cataluña (1.300), el desarrollo del coche autónomo en Idiada (1.250) o la Ecoplanta Repsol-Enerkem (300), además de un amplio abanico de acciones vinculadas al turismo sostenible lideradas por la Diputación de Tarragona y las principales capitales turísticas de la Costa Daurada y Terres de l'Ebre. "Es difícil de calcular una cifra global de impacto económico, ya que al final son ayudas que piden las empresas, entidades e instituciones y vienen de vías muy diferentes; lo que buscamos es generar un contexto inversor e impulsar un cambio productivo en la provincia... El objetivo requiere implicar a las empresas y a los actores del territorio en las líneas y planes de transformación, con el fin de atraer los máximos recursos a Tarragona para potenciar la transición verde y digital", reitera el delegado del Gobierno en Tarragona, Santiago Castellà.
En este sentido, la mayor inyección de fondos europeos de la historia midiendo la capacidad de gestión y coordinación de todas las Administraciones, en sus distintos niveles, aunque en especial la del Estado. El éxito depende en buena medida de la cintura para absorber y encauzar la lluvia de millones que la UE ha comenzado a liberar, con ejemplos tan relevantes como las inversiones de Lotte Materials en Mont-roig (400 millones), vinculada a la industria de las baterías y del vehículo eléctrico, o el megaelectrolizador de Repsol para producir hidrógeno verde (300 millones) y transformar los procesos de la industria química.