El cierre de 2023 ha llegado acompañado de la 'resurrección' del viejo anhelo de impulsar el Área Metropolitana de Tarragona (AMT). Poco antes del parón navideño, la Diputació de Tarragona lideró la constitución de un grupo impulsor, que se reunirá en asamblea cada cuatro meses, integrado también por los ayuntamientos de Tarragona, Reus, Constantí, Cambrils, La Canonja, Vila-seca, Salou, Valls, los consejos comarcales del Baix Camp y el Tarragonès, y la Delegación del Govern de la Generalitat.
Hasta la fecha, la idea de vertebrar un área metropolitana en el Camp de Tarragona, -que vuelve cíclicamente a la actualidad-, es la historia de un fracaso reiterado. La hoja de ruta para optimizar el potencial de desarrollo (movilidad, transporte y logística, energía, promoción económica...) de una población que ronda los 400.000 habitantes ha chocado una y otra vez con la falta de perspectiva y la ceguera impuesta por los intereses locales. Por ello, este nuevo intento va a priorizar "cuestiones concretas" gestionadas por equipos técnicos, bajo el paraguas del área de Proyectos Europeos y Región del Conocimiento de la Diputació, que puedan ofrecer avances tangibles con una cierta agilidad.
El enfoque más práctico
La presidenta de la Diputació, Noemí Llauradó, ha advertido que en esta ocasión el grupo impulsor de la AMT no va a comenzar la casa por el tejado ni a perderse en las cuestiones burocráticas, jurídicas o fiscales derivadas de crear una nueva Administración de 'ciudad única', como sucedió en el pasado, sino que avanzará en la práctica metropolitana de servicio al ciudadano y a la empresa, para abordar "a medio o largo plazo" la personalidad jurídica de la AMT : "No tiene por qué imitar el modelo metropolitano de Barcelona, sino que existen fórmulas alternativas como consorcios, agencias y nuevos modelos que funcionan en otras regiones europeas".
"Somos conscientes de que ha habido otros intentos y por eso intentamos aprender de los errores del pasado", remarca el alcalde de Tarragona y vicepresidente de la Diputació, Rubén Viñuales, quien insiste en la importancia de dotar de un perfil técnico a los cuatro grupos de trabajo (territorio, desarrollo económico y social, movilidad y sostenibilidad) que se van a constituir inicialmente.
Apoyo de la química y el turismo
Los dos grandes sectores que sustentan la economía de Tarragona, la industria petroquímica y el turismo, ven con buenos ojos la voluntad política para insuflar nueva vitalidad a el AMT. María Mas, directora gerente de la Asociación Empresarial Química de Tarragona (AEQT) considera esencial que el territorio trabaje conjuntamente para hacer frente a los nuevos retos que se plantean a la sociedad. "Consideramos muy positiva una iniciativa que apuesta por la competitividad y por un futuro claramente sostenible, y que a la vez pone a la ciudadanía en el centro de su estrategia".
El sector químico de Tarragona está históricamente alineado con los planteamientos del AMT, ya que "desde hace años defiende un futuro competitivo, sostenible y descarbonizado". "La mejora de las infraestructuras eléctricas, el fomento del empleo de calidad o la gestión eficiente de los recursos son aspectos que hace tiempo trabajamos desde la AEQT, así que como asociación estaremos junto a esta iniciativa", sintetiza Mas.
Por su parte, la Federación Empresarial de Hostelería y Turismo de la provincia de Tarragona (FEHT) siempre ha defendido la idea. Su presidenta, Berta Cabré, entiende que "es una de las asignaturas históricas pendientes del territorio" y que "no existe otra opción que desarrollarla si queremos ser referentes en Cataluña". "Debemos olvidarnos ya de localismos que no llevan a ninguna parte y que nos debilitan", razona Cabré.
La actividad turística, que cada vez se extiende más durante todo el año, hace que el mercado laboral y profesional crezca de forma sustantiva, tanto en trabajadores del sector como en visitantes que se mueven en el territorio: "Es una razón más que debe estimular definitivamente la creación del Área Metropolitana de Tarragona para ofrecer soluciones de movilidad y transporte público que les ayuden a desplazarse de forma fácil, eficiente, integral y económica por todo nuestro territorio, sea para trabajar o sencillamente para conocerlo".
'Lobby' ante el centralismo de Barcelona
Distintos expertos de la URV, como el catedrático de Geografía Josep Oliveras, también respaldan los primeros pasos hacia una visión con mayor perspectiva que permitirá el aprovechamiento de sinergias, "siempre que se planifique con eficiencia la gestión conjunta para evitar duplicidades". A su juicio, la fragmentación municipal "resulta perjudicial" y, además, un Área Metropolitana puede funcionar como 'lobby' en cuestiones capitales para el territorio ante la Generalitat o el Estado.
En este sentido, el grupo impulsor del AMT ya ha criticado una visión 'barcelonacentrista' y pide aumentar el "reconocimiento, interés e inversión" que la Generalitat ha tenido históricamente en el Camp de Tarragona. De hecho, la primera reunión entre alcaldes giró sobre la movilidad en el Camp de Tarragona en el horizonte 2028, cuando se extingue la concesión actual de transporte público de la Generalitat. El núcleo duro del AMT exige que se escuche la voz de los municipios a la hora redactar un Plan Director, ya que hasta ahora sólo podían presentar alegaciones a los proyectos elaborados desde Barcelona.
Definir las competencias
En la práctica, el futuro inmediato del Área Metropolitana de Tarragona está vinculado al informe de una consultora externa que permitirá definir qué municipios pueden integrarse, qué servicios se pueden mancomunar, qué alternativas existen para desarrollar proyectos conjuntos y en qué plazos. Con este documento en la mano, -que debería entregarse en un plazo de seis meses-, se crearán las comisiones de trabajo cuyas propuestas deberían optimizar servicios como el transporte, la energía, la vivienda o la gestión de residuos. El germen del Área Metropolitana de Tarragona nace con financiación de la Diputació de Tarragona, que prestará a sus técnicos para dirigir cuatro comisiones técnicas, cada una de ellas presidida por un alcalde. Una asamblea cuatrimestral de alcaldes validará o reformulará las "competencias" del área metropolitana. Estos son los grandes bloques de trabajo:
TERRITORIO. Nueva visión del planeamiento urbanístico e incluso la creación de una agenda urbana conjunta.
DESARROLLO ECONÓMICO Y SOCIAL. Modelo de atracción de nuevas inversiones, medidas contra las desigualdades sociales y todo lo relacionado con los polígonos industriales, transporte y logística.
MOVILIDAD. Pautas para aumentar la eficacia en el servicio público que recibe el ciudadano.
SOSTENIBILIDAD. Modelo de gestión del agua -en coordinación con el Consorcio de Aguas de Tarragona (CAT)-, de los residuos urbanos y de la energía.