Según las estadísticas de la Associació de Tallers de Reparació i Venedors d'Elements d'Automoció (Astave), de los casi 3.000 vehículos vendidos el primer trimestre de 2024, apenas 400 (13,3%) tienen posibilidad o necesidad de carga en la red eléctrica: 138 con motores de gasolina enchufables, sólo 10 diésel enchufable y 244 eléctricos puros. "Lentamente, las matriculaciones de los modelos realmente eléctricos van aumentando, pero todavía es un volumen irrisorio en el conjunto del parque global de vehículos en las comarcas de Tarragona", describe el secretario de Astave, Emili Beltran.
Actualmente, los compradores se decantan mayoritariamente (más de 1.500 matriculaciones hasta abril) por vehículos con motor de gasolina apoyado por una pequeña hibridación eléctrica -apenas para el arranque y la instrumentación- que permite obtener las ansiadas etiquetas verdes y cumplir con las exigencias de la normativa ambiental. Los híbridos puros (eléctrico de gasolina) también ganan adeptos con algo más de 550 ventas. La opción del gas licuado sigue siendo minoritaria (119).
Según los datos facilitados por las patronales del sector (Anfac, Faconauto y Ganvam), el año 2023 se matricularon 12.960 vehículos en la demarcación de Tarragona, algo más del 12% respecto al año anterior. Casi la mitad, un 48% utilizaban gasolina, mientras el diésel seguía en caída libre; de hecho, sólo se matricularon 884, un -30% respecto a 2022.
Más de un 50% de los compradores todavía se decantan por el motor de gasolina o apoyado por una pequeña hibridación eléctrica
Respecto a los híbridos no enchufables, el año pasado se matricularon casi 3.900 (+11,5%). En un porcentaje parecido se incrementaron los híbridos enchufables. El mayor crecimiento, dada su reducida presencia, correspondió a los vehículos completamente eléctricos (algo más de 1.000, +56,7%). Tarragona fue la única demarcación catalana donde los coches de motorización convencional superan al resto de alternativas.
'Ansiedad' por la autonomía del VE
Aunque las baterías han mejorado sensiblemente en los últimos años, se mantiene el temor ligado a la "ansiedad por la autonomía", es decir, el miedo a quedarse sin carga en medio de un viaje largo. A pesar de la expansión de la infraestructura de carga, especialmente en áreas urbanas, se constata una falta de puntos de carga públicos accesibles y una necesidad de mejorar la velocidad de carga para hacerla comparable a la experiencia de llenar el tanque de gasolina.
En este contexto, las carencias en la infraestructura de carga se mantienen como el principal hándicap para esta opción de movilidad eléctrica. Las imágenes de las colas para recargar las baterías durante la última Semana Santa han resultado absolutamente devastadoras. "Estamos todavía en mantillas -sostiene Beltran-, ya que hay poquísimos puntos de recarga en espacios públicos, y los plazos de aprobación del proyecto son eternos; en casa, en las viviendas unifamiliares es una opción, pero fuera de ellas todavía no".
Según un reciente estudio de la patronal Anfac, Tarragona tendría que aumentar exponencialmente sus puntos de recarga si quiere cumplir con las directrices de la Unión Europea. La provincia no llega ni de lejos a las 750 conexiones públicas -se calculan unas 450- que recomienda Anfac, y será difícil que alcance los objetivos para final de 2025: en poco más de un año y medio debería superar las 1.500. En 2030, debería haber más de 5.000. "No se ha cumplido el despliegue previsto por el Gobierno, pero la verdad es que, a día de hoy, tampoco se percibe una previsión de compra de vehículo eléctrico a corto y medio plazo", reflexionan desde Astave..
Otro aspecto muy significativo que frena la venta de vehículos eléctricos es su precio inicial, todavía bastante más elevado. Aunque los gastos de operación y mantenimiento de los eléctricos van compensando esa inversión a lo largo del tiempo, el primer desembolso genera una barrera para una economía media. "El impulso a través de ayudas públicas -bien directas o bien a través de exenciones fiscales- que sean rápidas y ágiles de tramitar va a resultar determinante en la decisión de los consumidores".