Con la pandemia llegó también la incertidumbre. Sergio Pleguezuelos y Ana Simón, que entonces estaban acabando la carrera de Arquitectura en la Escuela Técnica Superior de la URV, decidieron montar en Reus la empresa Skyline City (primero bajo el nombre Stratum Design) a mediados de 2020. El mundo estaba paralizado y la universidad canceló las prácticas remuneradas que estaban realizando en unos despachos, así que apuntalaron su futuro por su cuenta.
Su producto es singular: fabrican skylines de madera de ciudades de todo el mundo, a escalas 1/3000 y 1/1500, como elemento de decoración de paredes. "Nuestra formación nos llevó a realizar varios viajes de estudio, durante los que veíamos muchos souvenirs, pero ninguno que consideráramos verdaderamente arquitectónico. Por eso, comenzamos a tomar fotografías y a transformarlas en siluetas", explica Pleguezuelos.
"Teníamos la costumbre de regalarnos a nosotros mismos un skyline de cada ciudad que visitábamos como recuerdo de nuestros viajes. Cuando la gente veía nuestros diseños, a menudo nos preguntaba por qué no los vendíamos. Aunque al principio lo veíamos como un simple hobby, fue en ese momento de incertidumbre cuando comprendimos que nuestro trabajo podría interesar a un nicho específico", añade Simón.
Decidieron crear un perfil en Instagram para mostrar sus diseños al mundo y la respuesta del público fue inmediata. "Vimos que no solo hay personas que viajan, sino también quienes recuerdan con cariño su hogar estando lejos, quienes evocan un momento especial en un mirador o quienes simplemente aman su ciudad y desean tenerla como decoración en sus paredes", dice Simón.
Ese fue el embrión de Skyline City, empresa que actualmente vende entre 12.000 y 17.000 piezas al año por toda Europa, especialmente en España, Alemania, Portugal e Italia. "Nuestra tienda es fundamentalmente online, lo que nos permite llegar a numerosos hogares de manera efectiva. Sin embargo, también proveemos a tiendas físicas que venden nuestros productos en varias ciudades", señala Pleguezuelos.
La compañía está formada por cinco personas: dos se encargan de la producción y el empaquetado, una del marketing y las otras dos de la atención al cliente. Fabrican todos los skylines en Reus. "Son piezas artesanales y nos gusta mantener un control riguroso de su calidad. Estamos ampliando nuestras instalaciones para tener un centro logístico y de producción más grande y optimizar nuestros tiempos de entrega. Hasta ahora hemos trabajado bajo demanda, pero esta expansión nos permitirá producir mayor stock y establecer un sistema de packing y picking que nos ayude a gestionar mejor las épocas de alta demanda, como Navidad", asegura Pleguezuelos
Los skylines que más les piden son los de Madrid, Barcelona, Londres y Nueva York. A nivel local destacan los de Reus, Tarragona, Valls y Torredembarra. "Para diseñarlos, realizamos un estudio detallado de cada ciudad, basándonos en cartografías y la topografía local. En muchos casos, recibimos sugerencias sobre miradores icónicos o edificios que no pueden faltar, por lo que intentamos que el diseño sea lo más fiel posible a la realidad. Medimos los edificios, los escalamos y los diseñamos de forma individual para luego ubicarlos en el horizonte", dice Pleguezuelos.
"Al principio intentábamos crear skylines de todas las ciudades que nos solicitaban, pero pronto nos dimos cuenta de que esto era imposible, ya que cada diseño requiere más de una semana de preparación, además de varias pruebas de producción. Hemos creado en nuestra web una lista de ciudades y las más votadas son las que diseñamos. Cualquier persona puede añadir su ciudad a la lista", cuenta Simón.
Uno de los skylines más peculiares que han creado es el del paso de la procesión del Cristo de las Tres Caídas por el puente de Triana, en Sevilla. "El cliente quería que recreáramos una escena realista, incluyendo los gestos del público, de manera que se entendiera claramente qué paso representaba. También tuvimos que detallar las barandillas y las farolas del puente", recuerdan Simón y Pleguezuelos.
Artesanía y comercio electrónico, de la mano
Skyline City aúna una producción artesanal con una venta sobre todo online. "Invertimos significativamente en el comercio electrónico y trabajamos constantemente para mejorar la página, asegurándonos de que sea rápida e intuitiva. Además, prestamos mucha atención a nuestras redes sociales, que son el primer contacto de los clientes con nuestra marca. La presentación del producto y la experiencia de recepción son igualmente cruciales, ya que el envío es una de las etapas más críticas del comercio electrónico. Nos esforzamos por ofrecer un servicio de envío y postventa que resuelva cualquier problema y garantice la satisfacción del cliente", explican los responsables de la empresa.
Eso sí, crean cada pieza a mano. "Primero lijamos la superficie, la tratamos y aplicamos color según el tipo de skyline. Luego revisamos las vetas y nudos, ya que utilizamos madera natural, lo que da un toque único a cada uno. Y finalmente, los skylines se empaquetan cuidadosamente y se envían a su destino", concluyen.