600 millones para una nueva línea interior de mercancías

El clamor del territorio para separar las líneas de mercancías y pasajeros se estrella contra la falta de planificación y consenso político de los municipios

Roberto Villarreal / Tarragona

El presidente de FERRMED, -lobby que impulsa la mejora de la red ferroviaria europea de mercancías-, Joan Amorós, el tercer carril que actualmente está en ejecución carece de sentido. Esta agrupación exige agilizar un nuevo trazado por el interior con base en la antigua Reus-Roda, una inversión cifrada aproximadamente en 600 millones de euros y que el Ministerio de Transportes está estudiando.

Según los análisis de FERRMED, el polo logístico ferroviario Barcelona-Tarragona conforma el tercer nudo más relevante de Europa, sólo por detrás de la región del Ruhr y del área de Milán." Si no avanzamos a un ritmo razonable, el colapso va a llegar mucho antes de que el tráfico ferroviario de mercancías alcance el 30% que prevé la UE en 2030, sobre todo, alrededor de Martorell, que se va a saturar en pocos años si no se hace más de lo que han hecho hasta ahora", expone. Ramon Juanola, miembro y uno de los portavoces de la Plataforma Mercaderies per l'Interior, también cree que el tercer carril es una mala idea". "Habrá colapso de la vía de la costa, riesgo a la vida y a la salud de las personas, riesgo al Patrimonio histórico y natural", avanza.

La propuesta de la plataforma consiste en utilizar las vías de la Alta Velocidad actuales y crear una conexión con la red convencional a la altura de L'Arboç. "Necesitamos 20 años para tener una solución definitiva que circunvale Tarragona; nuestra idea -asegura- se puede ejecutar mañana y aleja las mercancías de las zonas pobladas". Por el contrario, FERRMED no ve factible el paso provisional de las mercancías en horario nocturno por la línea del AVE: "La alta velocidad tiene un mantenimiento muy estricto, y creo que no es buena idea y lo veo casi incompatible, entre otros factores por las diferencias de peso sobre los ejes".

Tanto los técnicos de Adif como la Generalitat comparten esta última visión, por lo que todo indica que la separación de pasajeros y mercancías entre Tarragona y L'Arboç tendrá que esperar al menos una década en un cronograma optimista. "Existen varios problemas para trasvasar las mercancías a la línea AVE, entre otros la capacidad... Va a ser difícil una solución en el corto término, pero es necesario el consenso del territorio para encontrar ese corredor interior", explica el director general d'Infraestructures i Mobilitat de la Generalitat de Catalunya, David Prat.

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