Xavier Marcet
President de Lead to Change i consultor en innovació estratègica
El Massachusetts Institute of Technology piensa reunir unos 1.000 millones de dólares para poner en marcha su nueva Escuela de Inteligencia Artificial (Stephen A. Schwarzman College of Computing). En una reciente reunión de sus fundadores proclamaron que el principal vector de la nueva escuela no será la tecnología. El elemento primordial serán las personas. Lo mismo le sucede a las empresas. La transformación digital no consiste simplemente en inyectar tecnología, sino en cambiar mentalidades y formas de operar de las personas.
Muchas empresas empiezan la transformación digital por el tejado. Se llenan de tecnologías sin buscar el problema. Es mejor empezar por preguntarse cuáles son los problemas o aspiraciones que queremos resolver de nuestros clientes. La transformación digital no es una burocracia tecnificada. La transformación digital es un nuevo concepto de servicio y procesos en los que la digitalización incremente el valor y confieran agilidad. Si el valor no está claro o la agilidad no se manifiesta, se debe desconfiar de las soluciones.
La transformación digital es un nuevo concepto de servicio y procesos en los que la digitalización incremente el valor y confieran agilidad
Se tiene que preservar los procesos de transformación digital de los ciberpapanatas. La transformación digital requiere tanto de conocimiento de tecnología como de pensamiento crítico (que realmente aporta valor) y de pensamiento sistémico (en qué contexto hacemos la transformación digital). Dicho esto, ¿es importante la transformación digital? Es vital. El mundo ya no es analógico. Ni en las formas de relacionarse con los clientes, ni en las formas de compra, si el supply, ni en los procesos. La transformación digital es estratégica, por tanto, como en todas las cosas estratégicas, se tiene que ir del cliente a la estructura de la empresa y no al revés. Según mi experiencia en procesos de transformación digital es que se empieza pensando en las cosas de dentro y no en los clientes.
Lo realmente importante es vincular transformación digital con cliente y con modelo de negocio. La transformación digital real no es una excusa más para la sobredosis de tecnología, es una oportunidad para repensar cómo crear más valor para el cliente, cómo innovar y como ser más eficientes. Y para hacerlo, necesitamos personas comprometidas en aprender y desaprender. Necesitamos gente que entienda que las transiciones es lo complicado en la vida (la transición digital también), pero que al final lo fundamental es establecer una nueva relación con las máquinas inteligentes que se decante a favor de las personas. La clave de la transformación digital no es poner robots o soluciones de Big Data e Inteligencia Artificial. La clave es aprender a crear valor juntos, personas y máquinas, para los clientes. La clave no es la sustitución de inteligencias. La clave es la suma de inteligencias.