Los efectos de la peor temporada turística que se recuerda, con el turismo extranjero prácticamente desaparecido todavía están por llegar, según los expertos. La ruptura de la llamada 'cadena de pago' en la gran cantidad de sectores que cuelgan del turismo es inminente y sólo entonces -hacia el mes de octubre- se podrá realizar una evaluación seria. A día de hoy indicadores como las cifras de creación de empresas o el paro muestran una economía que a duras penas se mantiene al ralentí por el estímulo del dinero público.
La última serie de datos del Registro Mercantil, entre marzo y agosto, confirma la fuerte caída en el ritmo de creación de empresas que se vivió de manera más acentuada durante los tres primeros meses de confinamiento. En julio se mantuvo la tendencia a la baja y sólo nacieron 83 nuevas empresas en la demarcación de Tarragona frente a las 112 (-26%), aunque tanto en ese mes como en junio (-16%) se suaviza notablemente una curva que refleja una caída que llegó a rozar el 75% durante las semanas 'punta' de la pandemia, concretamente en abril. Esta tendencia positiva se hace todavía más visible en agosto, mes en que se crean 68 sociedades, una cifra casi idéntica a la de 2019 (70 empresas).
A la hora de interpretar estos datos, el gabinete de estudios de la Confederación Empresarial de la Provincia de Tarragona (CEPTA) pone el acento en que las cifras de este último semestre "deben ponerse en cuarentena y bajo la lupa de una mirada crítica" porque dejan entrever los efectos de una economía 'dopada' por los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTEs), créditos blandos del ICO, exenciones, subvenciones y otras herramientas de soporte al empresario.
"La estadística está adulterada por las distintas herramientas de ayuda; es en los próximos meses cuando se va a ver en toda su dimensión el alcance del daño en el tejido empresarial, que estará en línea con las previsiones de los organismos internacionales más serios", explica Juan Gallardo, co-director del gabinete de CEPTA. "Es evidente -reflexiona- que las decenas de miles de millones del turismo extranjero no han entrado este año, por lo que más temprano que tarde eso se va a dejar notar en la ruptura de la cadena de pago, ya que hay muchos proveedores -transporte, distribuidores, etc...- que dependen del nivel de actividad de la industria turística".
Durante el estado de alarma se registraron en el territorio 239 nuevas empresas, algo menos de la mitad de las 486 creadas durante el mismo periodo de 2019. En marzo de 2019 se inscriben 141 frente a las 62 de este año (-56%); en abril 120 contra 31 (-74%); en mayo 112 por 51 (-54,5%); y finalmente en junio el referido 16% por debajo, con 113 el pasado año por 95 en el actual.
"El problema para el estímulo de la actividad económica es la falta de realismo de los gestores de la crisis sanitaria; continúa prevaleciendo la opinión de los virólogos y los epidemiólogos, que lógicamente recomiendan la restricción de movimientos, en vez de las recomendaciones de los agentes que generan riqueza, y ni siquiera de los médicos; el resultado es una situación que ahuyenta a los inversores y que provoca el aplazamiento de los proyectos de emprendeduría", razona Sebastià Cabré desde Empresaris de Tarragona.
15.000 parados más
La debilidad del pulso económico se evidencia también en las cifras del paro. Aunque julio -mes en el que incluso bajó el desempleo en 2.650 personas- y agosto (casi 1.200 parados más, algo por encima del 2%) han suavizado las estadísticas, en la actualidad hay en Tarragona 14.815 parados más que en 2019. Sobre un total de casi 57.000, significa un incremento superior al 35% en términos interanuales. La Encuesta de Población Activa ya reflejó en el segundo trimestre un aumento del paro de 8.700 personas hasta rozar las 59.000 personas, lo que supone una tasa por encima del 15% frente al escaso 13% de inicios de marzo.
En julio, con el arranque de la temporada alta del sector turístico se registraron en el Camp de Tarragona y Terres de l'Ebre algo más de 29.500 contrataciones (+55% respecto a junio), alrededor de 6.650 menos (-18,4%) que en julio de 2019. El pasado mes de agosto los contratos caen un 35% respecto a julio (10.500 menos) y un 16,2% respecto al año anterior (casi 3.700 menos). En ambos casos, el 90% de las contrataciones son temporales.
"Entre finales de septiembre y octubre se comenzará a vislumbrar el alcance real del daño en el tejido productivo, derivado tanto de la peor temporada turística que se recuerda como de la nefasta gestión de la pandemia por la implementación de medidas poco racionales", valoran desde la CEPTA. Según su criterio, "no hay motivos para el optimismo cuando se ha evaporado un 15% del PIB nacional proveniente del turismo extranjero".
SOS del turismo en Costa Daurada y Terres de l'Ebre
De esos 57.000 desempleados en la provincia de Tarragona con que arranca septiembre en datos del SOC, más de 40.000 corresponden al sector servicios, que en el caso de Tarragona se traduce por actividades ligadas al comercio y al turismo, básicamente alojamiento y restauración. La Federación Empresarial de Hostelería y Turismo (FEHT), a través de su presidenta Berta Cabré, advierte que "la continuidad de muchas empresas del sector está en riesgo", por lo que reclama medidas para garantizar la supervivencia como ERTEs específicos, un pasaporte sanitario digital o la exoneración de impuestos como el IBI o el IAE.
Pese a este escenario tan adverso de frenazo generalizado de la actividad económica, los sectores agroalimentario, industrial y el de la construcción están aguantando mejor la tormenta. Por lo que respecta a este último, la incertidumbre no permite realizar lecturas a medio y largo plazo: "Los últimos cinco años no han sido fáciles para los profesionales de un sector productivo muy tocado, pero entendemos que existen oportunidades para, una vez más, volver a salir de esta crisis generada en los últimos meses", explican desde el Colegio de Aparejadores, Arquitectos Técnicos e Ingenieros de la Edificación de Tarragona.
En relación al tamaño de las empresas, "lógicamente las más afectadas son las pymes de tamaño pequeño y mediano, y sobre todo los autónomos", confirma Pimec Tarragona, que plantea soluciones que pasan por las inyecciones directas de tesorería, la flexibilización de los ERTEs y las ayudas a la digitalización e innovación. "Necesitamos fijar estrategias claras para el estímulo empresarial, con un liderazgo claro que unifique las prioridades y las herramientas que, incluso en condiciones tan adversas, permitan desarrollar el potencial de la segunda área metropolitana de Cataluña", reitera su presidente, Jordi Ciuraneta.