Históricamente, España y Cataluña han vivido en lo que se denomina una cultura económica extractiva, es decir, de élites que cuidan de sus intereses, muy perjudicial el largo plazo. Por el contrario, países como EEUU han sido capaces de generar una economía creadora de valor, con una red potente de emprendedores cualificados que han transformado el tejido empresarial y han levantado gigantescas corporaciones. En España, concretamente en Cataluña, Madrid y Valencia, se ven algunos brotes verdes en el cultivo de startups, -algunas incluso convertidas en 'unicornios'-, aunque la atracción de talento es cada vez más compleja. Nunca fue fácil pasar de la adolescencia a la madurez.
En Reus, todavía a pequeña escala, también se comienzan a ver esos brotes. El clúster TIC Catalunya Sud integra ya a más de 60 empresas tecnológicas del Camp de Tarragona y Terres de l'Ebre, con más de 2.000 trabajadores del territorio y algunos gigantes como T-Systems. Un sector en pleno crecimiento cuyo principal pilar de sustentación es el talento. "La facturación y la demanda de servicios tecnológicos es creciente, y la pandemia ha provocado ciertos cambios, por ejemplo, que se pueda trabajar desde Reus para cualquier empresa del mundo: como consecuencia, los empleados de aquí han empezado a recibir ofertas en España y en el extranjero; los salarios son más elevados y hay fuga de talento; en contrapartida, nosotros también lo captamos en otras ubicaciones de Cataluña y de España", describe el clúster manager, Sergio Novo.
Aunque no hay estudios específicos sobre estas ramas tecnológicas, se calcula que los sueldos en el Camp de Tarragona están entre un 20 y un 30% por debajo de los de Barcelona o Madrid, y un 35% o 40% de lo que se puede pagar en las grandes capitales europeas. Lógicamente, los costes de vida no son los mismos. En Tarragona, un junior cobra entre 18.000 y 20.000 euros recién terminados los estudios, aunque entre seis y 12 meses se revisa su salario. "Se les sube rápido -explica Novo-, si no, se marchan también rápido". En las posiciones técnicas medias o altas, con poca experiencia, el mercado local está 30-35.000 euros. "Si es más senior ya estamos en 45-50.000", matiza Novo. "En los estudios de Barcelona ya hablaríamos de 50, 60, 70.000... aquí estamos más o menos una media de un 20% por debajo".
Analistas Big Data, expertos en ciberseguridad, robotización, desarrollo cloud, software, inteligencia artificial... Esos son los perfiles más demandados. "No sólo está el salario, sino que subrayamos otros atractivos: se vende y se transmite la calidad de vida en el territorio... el mar, el coste de la vida, los alquileres, la facilidad en los desplazamientos, aquí no pierdes tiempo de vida en atascos o metro; no obstante, la fuerte demanda externa está provocando una cierta subida en los sueldos".
En este campo, una rara avis en Cataluña y España, hay déficit de empleo. Hay más demanda de talento que oferta. Se procura captar en Tarragona, pero los centros de FP y la URV no dan abasto para formar tantos jóvenes como necesitan las empresas. "Incluso existe una Escola TIC desde hace años para preparar los perfiles más demandados, y el 70-75% de los alumnos salen con trabajo después de las prácticas".
Hace falta aún más talento, por lo que también se busca en Barcelona: "Gente que se fue a la gran ciudad y quiere volver cerca de sus orígenes con mayor calidad de vida... También hay empresas del clúster que han empezado a contratar en Europa, Sudamérica, Este y Asia; lo costes laborales más bajos y la diferencia horaria permite servicios 24 horas", expone Sergio Novo, quien también destaca que hay muy pocas mujeres, sólo un 25-30%, y "es un nicho a explotar, que las mujeres vean en el sector un puesto bien remunerado y con proyección". El clúster 'pesca', además, en otros sectores afines, "con perfiles jóvenes que con un rápido reciclaje formativo pueden incorporarse sin problemas".