Pese a los intensos esfuerzos de la gran empresa, en Cataluña y en España, por fomentar cauces de cooperación con los nuevos emprendedores, con programas tan exitosos implantados en el Camp de Tarragona como el Fondo de Emprendedores (Repsol), Tarragona Open Future (Telefónica) o Explorer (Banco de Santander), la percepción de las startups deja entrever que el caldo de cultivo nacional sigue a años luz de la mentalidad de países como Estados Unidos, en vanguardia de la innovación tecnológica.
"Nosotros queríamos conocer Silicon Valley para comprobar sobre el terreno cómo funciona el ecosistema de emprendedores más famoso del mundo, y si realmente la fama es merecida; pues bien, poco después de llegar estábamos sentados en las oficinas centrales de Google con una reunión para darnos a conocer sus vías de apoyo a las nuevas empresas", explica Josep Cester, CEO de la premiada startup 'Place to Plug', ideada para poner en contacto a los usuarios de vehículos eléctricos con los puntos de recarga.
La experiencia vivida por estos jóvenes empresarios en Estados Unidos pone en evidencia la notable distancia que separa el caldo de cultivo de la vanguardia emprendedora norteamericana y la realidad que se vive en Tarragona y en Cataluña. "Aquí -reflexiona Cester a su regreso-, aunque se van dando pasos hacia delante, todavía pueden tardar años cuando llamas a una puerta... Te hacen sentir en todo momento como si estuvieses pidiendo un favor; por el contrario, allí todas las grandes quieren estar presentes cuando llega un talento disruptivo, no pueden permitirse el lujo de perderlo, esa es la diferencia sustancial".
El referente siguen siendo los EEUU, con grandes empresas mucho más receptivas a las start-ups
Tomás Coca, coordinador de proyectos del Fondo de Emprendedores de la Fundación Repsol, concede en parte la razón a los creadores de 'Place to Plug', que en 2017 formaron parte del citado fondo de aceleración de empresas, cuya convocatoria de 2019 finaliza el 4 de marzo. "Las grandes corporaciones, incluida la nuestra, están estructuradas con muchos departamentos, y en ocasiones resulta muy difícil llegar a hablar con la persona adecuada", reconoce.
El 'muro' del desarrollo industrial
La otra gran dificultad para las sinergias entre una compañía como Repsol y una startup de reciente creación nace de la propia competitividad a la que están sometidas las multinacionales líderes, que se rigen por la lógica de los beneficios: "Necesitan -añade Coca- productos muy desarrollados, con riesgo cero, y esa fiabilidad es complicada para una empresa recién creada; cuando hacemos la selección, favorecemos líneas en las que trabaja Repsol desde la perspectiva del cliente que va a testar ese producto, con la idea de que lo puedan pulir de cara a su desarrollo industrial".
Desde su lanzamiento en 2011, el Fondo de Emprendedores ha acelerado casi medio centenar de startups que han registrado un centenar de patentes y han 'levantado' más de 20 millones de euros en inversión y financiación. La media de supervivencia de las startups apoyadas por Fundación Repsol supera el 80% y siete de las 15 que más dinero han generado en España en el sector de la energía y la movilidad han pasado por este programa.
El 'realismo' de la experiencia, -en forma de un equipo de mentores, formación especializada, prueba de prototipos en instalaciones industriales y acceso a potenciales inversores-, se convierte en el factor más valorado. Cristina Sáez de Pipaón, CEO de Orchestra Sci, spin off del ICIQ (Instituto Catalán de Investigación Química con sede en Tarragona) seleccionada en 2018 y cuyo objeto es fabricar membranas selectivas para separar el CO2 del resto de elementos, agradece la ayuda económica "si bien en nuestro caso valoramos aún más la posibilidad de trabajar en un entorno industrial real y construir un piloto para validar nuestra tecnología".
El mercado y su tamaño
Dicho pragmatismo en la configuración del producto final no debe confundirse con la urgencia por facturar a cualquier precio para poder sacar pecho en las rondas de captación de inversores. Según la experiencia de Josep Cester con 'Place to Plug' en EEUU, otra de las grandes diferencias en los pitch (breve presentación de síntesis para convencer a quienes van a poner el dinero) que se elaboran en España tiene que ver con los números. "Aquí se incide mucho en el negocio que has hecho ya, en lo que gastas y en lo que esperas ingresar; nosotros, por ejemplo, en ese caso estaríamos muertos porque no habíamos facturado nada, pero no te preguntan eso... lo que les interesa que expliques bien es cómo de grande es el mercado y cuánto vas a coger", expone Cester, que participó recientemente en el III Fórum de Inversión Catalunya Sud celebrado en el Palau de Congressos de Tarragona.
A pesar de todos los obstáculos que se encuentran en el camino, los emprendedores del Camp de Tarragona disponen de más puertas que nunca a las que llamar. Además del mencionado Fondo de Emprendedores de la Fundación Repsol (con hasta 144.000 euros al año de financiación para proyectos, y 2.000 mensuales para desarrollo de ideas), se han desarrollado ya tres ediciones del programa de aceleración de empresas Tarragona Open Future, impulsado desde la consellería de Desarrollo Económico del Ayuntamiento de Tarragona en colaboración con Wayra, la aceleradora de start-ups de Telefónica.
Los emprendedores del Camp de Tarragona disponen de más puertas que nunca a las que llamar
Destaca también Camp Tgn Up, el programa de acompañamiento empresarial y mentoría para favorecer su crecimiento coordinado por la Diputació de Tarragona en colaboración con los ayuntamientos de Reus (Redessa), Tarragona (Tarragona Impulsa), Valls (Vallsgenera), El Vendrell (L'Eina) y los consejos comarcales de la Conca de Barberà (Concactiva), Baix Camp, Baix Penedès, Priorat y Tarragonès, además de la Universitat Rovira i Virgili (URV Emprèn) y el apoyo de ACCIÓ (Generalitat de Catalunya).
Asimismo, se acaba de lanzar la décima edición del programa Explorer del CISE (Centro Internacional Santander Emprendimiento), patrocinado por el Banco de Santander y ejecutado en colaboración con la URV y el Ayuntamiento de Tarragona, en el que participan 24 jóvenes emprendedores seleccionados para madurar su idea de negocio durante cinco meses. Los tres mejores de Tarragona reciben un premio económico (entre 1.500 y 3.000 euros) y asesoramiento durante tres años, y los que más destaquen en toda España viajarán en otoño a Silicon Valley y optan a 30.000 euros de financiación.
Son sólo algunos ejemplos de vías abiertas en la última década que muestran el interés creciente de empresas e instituciones por no desaprovechar el ingenio y el talento y "estar ahí" en la fase germinal de proyectos con enorme futuro. Un cauce en el que cree ciegamente Almudena Moreno, head of Millennial Makers y responsable de Alianzas Públicas dentro del área de desarrollo de negocio de Telefónica Open Future -plataforma de innovación abierta que mantiene con Tarragona Impulsa uno de los más de 100 acuerdos de colaboración firmados en todo el mundo con agentes económicos públicos y privados-, quien subraya que a día de hoy "la conectividad es la base de todo y es imposible innovar en soledad; abrirnos al mundo es una cuestión de negocio e incorporar startups mejora nuestros procesos internos y nuestra cadena de valor".