El Plan de Reactivación Económica y Protección Social que la Generalitat ha aprobado para canalizar los fondos europeos prevé objetivos e iniciativas concretas para orientar la inversión de ese dinero destinado a reforzar los servicios sanitarios, paliar el impacto económico de la pandemia y estimular el empleo a través de una transformación del modelo productivo más sostenible y resiliente.
Más que nunca, la provincia de Tarragona necesita dotarse de herramientas e instrumentos de gestión para competir con otras áreas geográficas. La Regió del Coneixement Catalunya Sud cobra más sentido, así como el germen creado a través de la Fundación Tarragona Smart Mediterranean Region. "Desde mi punto de vista habría que aprovechar esta inversión pensando en una transformación del modelo económico a medio y largo plazo, sin perder de vista las necesidades inmediatas de creación de empleo en un periodo corto de tiempo", reflexiona Marc Arza, ex concejal del Ayuntamiento de Reus y uno de los grandes defensores de esta idea.
"Creo -describe Arza- que la transición energética, la sostenibilidad y la digitalización ofrecen oportunidades interesantes: la formación de técnicos en instalaciones de energías renovables (solar, eólica, biomasa...) podría acompañar una fuerte inversión en estas tecnologías que generarán empleo y acompañara una transformación hacia un modelo energético más sostenible".
El estímulo de la economía circular, con formación e inversión en tecnologías que reduzcan las emisiones y el consumo de agua y energía, deben concentrar los esfuerzos y se plantean como un nicho de empleo esperanzador. La digitalización se presenta también como un gran polo de generación de riqueza, "invirtiendo en formación presencial y online para miles de trabajadores jóvenes y no tan jóvenes que puedan transitar hacia un sector que no crece más en regiones como la Catalunya Sud por falta de trabajadores capacitados".