El adiós en estas Navidades a los Bons Comerç en la ciudad de Tarragona por falta de presupuesto ha generado un alud de críticas, especialmente intensas desde la patronal Pimec Comerç, que lo califica como "una broma de mal gusto".
"Es una muestra de la falta de sensibilidad de la clase política; buena parte del comercio de proximidad se ahoga por el incremento de costes, pero parece que hay otras prioridades", lamenta Florenci Nieto. En 2021 el Ayuntamiento de Tarragona destinó medio millón de euros a los bonos y financió cinco euros (hasta 50) por cada 15 gastados. En total, 1,5 millones en la caja del comercio de proximidad.
En Reus, los bonos tampoco llegan por Navidad, pero el Gobierno municipal ha incluido los bonos de descuento en el Plan de Impulso Económico 2022-2023 con una dotación de 400.000 euros. Los bonos volverán a circular después de las Navidades, cuando lo determine la Taula de Comerç. El Ayuntamiento de Reus empleó esta herramienta por última vez en octubre de 2021; pese a anunciar que se trataba de una acción puntual post-pandemia sin vocación de continuidad, ha decidido resucitarla con una expectativa de impacto de 1,5 millones de euros. "Funcionan muy bien, y nos acercan a los clientes; son idóneos como herramienta para momentos puntuales de bache comercial", valora Meritxell Barberà, de la Unió de Botiguers
Salou, Cambrils, Calafell... La fórmula ha corrido como la pólvora en los últimos años, hasta el punto de que los descuentos se exigen casi de forma obligatoria a la Administración local. No todos los empresarios son del mismo parecer. El presidente de la Via T de Tarragona, Salvador Minguella, considera que "como en otros sectores, esa medida podía tener bastante lógica tras unos meses nefastos a consecuencia del Covid... pero no podemos acomodarnos como un sector subvencionado; las tiendas deben funcionar por ellas mismas, sin esperar a que la Administración nos gestione las dificultades".