Las circunstancias de la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno de España y las negociaciones abiertas con los partidos independentistas catalanes hacen entrever, -pese a las críticas que no han tardado en llegar desde otras autonomías-, unos Presupuestos Generales del Estado más generosos con las reivindicaciones históricas de Cataluña. En esta tesitura, el tejido económico de Tarragona ha vuelto a poner sobre la mesa los grandes proyectos del territorio que acumulan décadas de retraso, en la mayor parte de los casos por un problema de infrafinanciación.
Como cada ejercicio por estas fechas, cuando a fin de año toca hacer balance de los recursos provenientes del Estado a la provincia de Tarragona, los agentes económicos ponen el acento en la urgencia de agilizar el Corredor del Mediterráneo como elemento clave en la competitividad futura de las comarcas de Tarragona. La semana pasada, el lobby Ferrmed, que impulsa la optimización de la red ferroviaria de mercancías ha presentado en Bruselas el estudio más ambicioso realizado hasta la fecha en Europa, -iniciado en 2019 y concluido tras 45.000 horas combinadas de trabajo de prestigiosos expertos-, que concluye que invirtiendo en el 23% (18.000 kilómetros) de la red central ferroviaria europea es posible generar una contribución socioeconómica y medioambiental del 101% del valor añadido.
Corredor logístico prioritario
Tarragona y Barcelona están situadas dentro de esa área prioritaria donde se obtiene la máxima rentabilidad. "Si se ha de invertir en algún lugar es aquí -reitera el presidente de Ferrmed, Joan Amoròs-, porque es un área clave: el binomio Barcelona-Tarragona conforma el tercer nudo logístico más relevante de Europa, sólo por detrás de la región del Ruhr y del área de Milán; el problema es que los Estados invierten donde quieren, a veces en lugares sin el tráfico necesario y donde no obtienen buenos resultados, y en cambio dejan de lado otros donde tendrían excelentes retornos... Ojalá que esto cambie".
El análisis de Ferrmed insiste en que, para conseguir los objetivos identificados en el Libro Blanco europeo de transporte se necesitan, además de las inversiones previstas por los Estados miembros, casi 4.000 kilómetros de líneas nuevas y 425 nuevas terminales intermodales. De aplicarse el plan de acción del estudio, el único modo viable para cumplir los objetivos ambientales de la UE en 2030 al reducir 65 millones de toneladas de emisiones de CO2 por año, se reduciría de un 52% el coste de las operaciones, y un 77% las externalidades del transporte.
Las Cámaras de Comercio de Tarragona, Reus, Tortosa y Valls, al igual que las distintas asociaciones empresariales (CEPTA, Pimec...) se han quejado en reiteradas ocasiones por la lentitud y los retrasos que acumula este proyecto estratégico. "Esperamos un impulso decidido en el cumplimiento de los compromisos, porque es un elemento de competitividad imprescindible para el futuro de nuestras empresas", destaca la presidenta de la Cambra de Comerç de Tarragona, Laura Roigé, como portavoz del consenso existente entre el empresariado en la visión de los cambios inexorables que se avecinan en el transporte de mercancías por carretera.
Más allá de un cambio del ancho de vía
Tanto el subdelegado del Gobierno de España en Tarragona, Santiago Castellà, como el comisionado para el Corredor del Mediterráneo, Josep Vicent Boira, piden un análisis con perspectiva y amplitud de miras, tras la ingente inversión realizada con Pedro Sánchez como presidente, "con el 100% del Corredor planificado -casi 5.000 millones licitados, 3.900 adjudicados y 2.300 ejecutados desde 2018- y el esfuerzo para tenerlo operativo y con comunicación fluida en 2030".
No obstante, Tarragona continúa reclamando de forma unánime al Gobierno que vaya más allá de un simple cambio del ancho de vía, con un 'tercer fil' que no es la solución idónea, bajo la premisa de mejorar las conexiones en dirección sur -ahora solventadas con una única plataforma compartida por mercancías y pasajeros-, y sobre todo hacia el norte, con un trazado por el interior sobre la base de la antigua Reus-Roda.
"Tarragona, por su ubicación, peso económico y potencial de desarrollo, merece que el Estado atienda unas necesidades logísticas propias del siglo XXI", argumenta Eugeni Sedano, portavoz de la Plataforma Mercaderies per l'Interior, que defiende una alternativa al trazado del Ministerio de Transportes para que los trenes de mercancías dejen de pasar por la costa y eviten las zonas pobladas, así como el polígono norte de Tarragona. Su propuesta circunvala los municipios de Reus y Constantí, pasa por la estación Camp de Tarragona y continúa en paralelo a línea de alta velocidad y a la autopista AP-7 hasta converger con la línea convencional una vez pasado El Vendrell. El coste estimado, según los expertos de Ferrmed, rondaría los 600 millones de euros.
La mejora del potencial turístico
La Federación Empresarial d'Hostaleria i Turisme de Tarragona (FEHT) también lleva muchos años reclamando el desvío del trazado del ferrocarril hacia el interior por su impacto en los municipios costeros. Núcleos tan importantes como Mont-roig, Cambrils o Salou ya han conseguido el objetivo de alejar las vías del tren del frontal marítimo, pero poblaciones como Tarragona, Altafulla, Torredembarra o El Vendrell mantienen esa asignatura pendiente, que afecta de modo especial a los campings. "El sector turístico, de enorme peso en nuestra provincia, siempre ha manifestado su preocupación por el incremento del tránsito de mercancías por la costa; hasta ahora sólo hemos recibido buenas palabras, pero necesitamos realidades para seguir mejorando nuestros destinos", reflexiona el portavoz de la FEHT, Xavier Guardià.
Otro de los caballos de batalla de los empresarios turísticos se mantiene en el eje del Aeropuerto de Reus y la futura Estación Intermodal, esenciales para dar un salto cualitativo y cuantitativo gracias a la mejora de las comunicaciones. Ambas infraestructuras nunca faltan en la carta de peticiones a un nuevo Gobierno del Estado. Desde la Cambra de Comerç de Reus, su presidente Xavier Basora, no se cansa de remar en este sentido: "Tenemos que exprimir todo el potencial de estas infraestructuras estratégicas, y para ello es esencial acometer las inversiones necesarias". "Ha quedado demostrado que el impulso de la actividad aeroportuaria y las mejoras en su conectividad se traducen en un incremento de la actividad turística, y a su vez ello beneficia al resto de sectores", analiza la presidenta de la Diputación de Tarragona Noemí Llaurado, que la pasada semana presidió el vigésimo aniversario de la creación de la Mesa Estratégica del Aeropuerto.