El pasado viernes se hicieron públicas las cifras oficiales del paro en el Camp de Tarragona y las Terres de l'Ebre. El ligero aumento del desempleo, apenas un +0,81% hasta casi 41.300 parados, contrasta con los llamativos datos difundidos unas semanas atrás a partir del análisis del cuarto trimestre la Encuesta de Población Activa (EPA).
Según esas estadísticas, el número de parados en la provincia de Tarragona se disparó en el último trimestre de 2023 hasta llegar a los 59.900, -lo que supone 19.000 más que el trimestre anterior, y +21.000 respecto a hace un año-, con una tasa de paro que roza el 14,5%, casi tres veces la de Lleida, con un 5,42%; cerca de dos veces la de Barcelona -8,44%-, y muy superior a la de Girona -9,28%-, a la media catalana -8,97%- y a la media nacional -11,76%-
En la serie histórica, esta elevada tasa de paro (14,5%) no se registraba en el territorio desde hacía casi tres años, cuando en el primer trimestre del 2021 se llegó al 15,5%. En general y como contexto, el último tramo de 2023 tampoco ha sido bueno en Cataluña en relación al desempleo, si bien en ninguna provincia se registran números tan pésimos como los de Tarragona. Aunque a nivel catalán se cierra el ejercicio con récord de ocupados, (+200.000, hasta los 3,72 millones, como líder de la creación de empleo en España) y la tasa de paro más baja desde 2007, el mercado laboral se enfría en el último tramo del ejercicio. Así, en el cuarto trimestre se crearon apenas 2.000 empleos y el paro aumentó ligeramente.
Oscilaciones coyunturales
Frente a una lectura que podría tender al alarmismo, los datos recogidos en enero en las oficinas del Servicio Público de Empleo dan a entender que las aguas vuelven a su cauce. En el inicio de 2024 sigue la tendencia de leve repunte del desempleo que se arrastra desde julio (marcó el mínimo con 38.344 parados, por los 41.291 actuales), con seis meses ininterrumpidos de ligeras subidas. No obstante, en comparación con enero de 2023, hay 1.272 personas menos en las listas de paro (-2,99%). Además, en enero se crearon 11.882 puestos de trabajo, lo que representa un 3,76% más que hace apenas un año, si bien hay 5.928 trabajadores menos dados de alta en la Seguridad Social. El único sector que perdió empleo fue el de servicios, con 375 parados, mientras que la agricultura, la industria y la construcción ganaron trabajadores.
¿Por qué semejante baile de cifras entre la EPA y las más recientes del mes de enero?
El profesor de Economía y director del Observatori del Treball de la URV, Ferrán Mañé, considera que se debe tener presente que los datos cuatrimestrales de la EPA están sujetos a fuertes oscilaciones coyunturales, fruto de que la actividad económica varía a lo largo del año en ciertos sectores, especialmente el turismo y comercio al por menor. "No solo es la actividad económica, sino que las decisiones de los individuos también varían a lo largo del año, especialmente la tasa de actividad entre colectivos, como por ejemplo estudiantes en la época de verano".
"Lo que ha pasado en Tarragona es que en el segundo trimestre de 2023 aparece un incremento de la contratación en el sector servicios muy destacado, que conlleva la activación de una parte de la población, -la más fluctuante-, que incrementa la tasa de actividad; el tercer trimestre es relativamente bueno en ocupación con lo que mantiene una elevada tasa de actividad, pero en el cuarto se retorna a la tasa de ocupación más habitual en la provincia, por lo que un grupo relevante de personas que se encuentra en el mercado de trabajo, -había buenas expectativas hasta el momento-, ya no encuentra empleo... por ejemplo la campaña de Navidad no tiene la fuerza esperada, por lo que entra a formar parte del colectivo de parados".
Según Mañé, habrá que realizar un seguimiento especial de la evolución del empleo, "pero parece tener una causa coyuntural relacionada con los sectores de servicios de temporada y de la masiva entrada de trabajadores del grupo más 'fluctuante' del mercado de trabajo. Quizá las grandes expectativas creadas animaron a mucha más gente de la habitual a buscar trabajo, y después se han encontrado con una situación no tan buena".
El catedrático de Economía Aplicada de la URV y miembro del Grup de Recerca d'Indústria i Territori (GRIT), Agustí Segarra, comparte la perspectiva de Ferran Mañé. "Hay que ser prudentes, pienso que hay que ver cómo está tratando la EPA la nueva modalidad de contratos fijos discontinuos y que afecta singularmente a un área de empleo tan estacional como Tarragona... Yo no sería tremendista, es una cuestión del número de fijos discontinuos, que han crecido mucho. En España más de un millón".
Diferencias entre provincias
Desde el Observatori del Treball de la URV, Ferran Mañé advierte que la comparación con otras provincias debe realizarse siempre con cierta prudencia, ya que tienen estructuras productivas diferentes. "El salto que se da respecto a Lleida, por ejemplo, tiene un componente claramente coyuntural ya que si se mira la serie observamos que las tasas de paro del cuarto trimestre de 2022 vemos que todas las provincias están aproximadamente en tasas del 9 o el 10%".
"De todos modos, -reconoce Mañé-, aunque es verdad que los cuatrimestres finales e iniciales de cada año son significativamente peores en nuestra provincia, la EPA del cuarto trimestre año ha sido especialmente mala, con lo que tendremos que estar alerta de lo que pasa en el primer cuatrimestre del año para ver si existe una situación en deterioro que se va consolidando".
Agustí Segarra, por su parte, cree que hay que fijarse en el dato bueno, que es del tercer trimestre porque refleja el potencial del mercado de trabajo: "Creo que el mercado de trabajo va razonablemente bien, si miras la serie histórica vamos creciendo; con nuestra estacionalidad, no podemos analizar trimestre a trimestre porque nos volvemos locos al valorar perfiles que no son estrictamente parados... Otra cuestión es que estas cifras comportan un modelo productivo que si conviene examinar con mayor profundidad".