El mercado laboral, todavía en positivo, emite signos de fatiga

Tras cuatro buenos años para la economía de Tarragona en términos de creación de empleo, los expertos auguran un menor dinamismo

La ocupación industrial es clave en Tarragona.
Roberto Villarreal / Tarragona

Al cierre de 2024, la demarcación de Tarragona roza las 40.000 personas en paro (exactamente 39.997), según las cifras que maneja el Ministerio de Trabajo y Economía Social. Pese a la buena tónica económica del ejercicio, el desempleo se mantiene relativamente estable (-2,35%) con sólo unas 1.000 personas menos (964) inscritas en las oficinas del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) respecto a 2023. Algo más de 23.300 de esas personas son mujeres, y casi 3.000 menores de 25 años. En términos mensuales, el pasado mes de diciembre se registró un ligero repunte, con 275 parados más (+0,69% respecto a noviembre).

Las cifras anuales de nuevos empleos en Tarragona también salen en verde, con 1.166 (+8,31%) contratos más hasta un total de 15.200 (5.900 de ellos indefinidos). No obstante, el mes de diciembre resultó muy negativo, con casi 3.000 contratos menos que en noviembre (2.550 indefinidos y 450 temporales). Con respecto a las afiliaciones a la Seguridad Social, el año se cierra con 6.000 personas más (+1,81%), aunque en diciembre cayeron el 0,86% (-2.950 inscritos).

En la provincia hay actualmente algo más de 340.000 afiliados, unos 40.000 más que en 2018. En Cataluña son 3,8 millones de cotizantes, unas 400.000 personas más que hace siete años. El Gobierno de España, -tal y como lo ha destacado recientemente en Reus el delegado en Cataluña, Carlos Prieto-, considera este dato un indicador evidente de la salud del mercado laboral y de una recuperación ya consolidada de todos los sectores en territorio catalán.

La visión del economista Juan Gallardo, uno de los coordinadores del Gabinete de Estudios de la patronal CEPTA (Confederación Empresarial de la Provincia de Tarragona) no coincide respecto a esa excelente salud: "El empleo crece en el sector público y en trabajos de baja calidad... Las Administraciones están contratando en niveles espectaculares, pero creo que eso no se puede considerar saludable, ya que no nace de la actividad económica; sí te proporciona una dinámica asentada de consumo privado, pero a qué coste... Lo aguanta España por una presión fiscal alta y una inyección enorme de adrenalina en forma de fondos Next Generation UE... El resto del crecimiento proviene del sector servicios y la hostelería, con poco valor añadido".

¿Signos de fatiga?

Pese a estos matices, en lo laboral España ha logrado mantener datos propios de un ciclo expansivo, un crecimiento muy dependiente de la población extranjera, que ocupa cuatro de cada 10 nuevos empleos y ya supone el 13,5% de la fuerza laboral. En números redondos, el ejercicio se cierra con medio millón de ocupados más para alcanzar 21,3 millones de cotizantes a la Seguridad Social y casi 150.000 parados menos, sobre un total de 2,5 millones apuntados en el SEPE. Es el cuarto año consecutivo con crecimiento del empleo desde 2020, aunque no tan intenso como en 2021 y 2023, lo que se interpreta como un signo de cierta fatiga. Pese a la buena racha, el paro todavía supera los niveles previos a la burbuja financiera e inmobiliaria de 2008.

En Cataluña el pasado año se cerró con 80.000 ocupados más y 3,8 millones de trabajadores en activo. Se trata de la tercera autonomía que más empleo generó por detrás de Madrid y Andalucía. El empleo generado se antoja discreto -el más bajo desde 2019, si se exceptúa el pandémico 2020-, propio de la fase de desaceleración de un ciclo expansivo, y evidencia un grado superior de agotamiento que el conjunto de España. En términos relativos, la provincia que mejor resultado dejó fue Girona (+2,9%), frente al 2,2% de Barcelona y claramente por encima de Tarragona (1,8%) y Lleida (1,8%).

2025 en positivo

Para tomar cierta perspectiva también hay que subrayar que en el territorio catalán hay 8.200 parados menos que en 2023, para un total de 335.000. A modo de contexto, es la cifra más baja de desempleo desde 2007. La ocupación crece a un ritmo del 2,2%, claramente por encima de la media europea (1%, según los últimos datos trimestrales de Eurostat), aunque ligeramente por debajo de la media española (2,4%). No obstante, Madrid ha superado claramente a la tradicional locomotora catalana, con casi 34.000 afiliados más este año, y apunta a convertirse en 2025 en la primera empleadora del país.

"Si en 2024 Tarragona ha tenido un aumento de la actividad económica cercano al 3%, aunque se modere un poco este año, lo normal en una fase expansiva como ésta es que no haya pérdida de ocupación; salvo que se produzca alguna crisis imprevista en el exterior, hay sectores como la construcción -tanto residencial como de infraestructuras- y algunas variables turísticas con margen de crecimiento", expone Josep Oliver, catedrático emérito de Economía Aplicada de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB).

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