Desde sus inicios, Prat International Brands tuvo clara su idea de negocio con la búsqueda de proveedores en Asia -principalmente China- y un trabajo muy concienzudo para crear y desarrollar sus propias marcas. Comenzó con GreenCut, de maquinaria de jardinería, que a día de hoy convive con FitFiu (fitness), MC Haus (mobiliario) y Sailoor (accesorios náuticos). Un modelo de negocio en el que conviven sectores muy diferentes pero en el que la experiencia en las operaciones de compraventa es clave.
¿Cómo empezó todo?
Hace ya casi 15 años, más o menos por 2003, yo tenía experiencia como usuario en canales de compraventa electrónica, sobre todo eBay. Me fui familiarizando con todo ese entorno y unos años después, en 2008, me dije: "Si yo compro por internet, también puedo intentar vender". Y así llegaron mis primeros dos containers desde China.
¿Qué sector eligió?
Conocía muy bien las líneas de producto de herramientas y maquinaria de jardinería, así que empecé por ahí. Me costó ese salto al vacío, hoy es bastante habitual este tipo de operaciones de 'cargo' desde Asia, pero en aquel entonces era de los únicos.
¿Le fue bien desde el principio o le tocó sufrir mucho?
Ya desde el comienzo la empresa experimentó crecimientos muy grandes cada año, pero en 2011 miré atrás y tomé la decisión de vender en toda la UE. A partir de ahí entré en un universo diferente, de una clientela mucho más exigente, y en 2012-2013 tuve el primer año en que decrecimos.
En su web se lee que crecen al 100% anual; ¿cómo logró invertir esa espiral?
2013 fue un año muy complicado. Me preparé bien, estuve viajando mucho a China para tener contacto directo con los proveedores. Hicimos un trabajo muy intenso modificando todo: producto, embalaje, diseño, servicio... conforme a unos estándares de mucha mayor calidad. Fue una etapa dura de perfeccionamiento antes de volver a coger impulso a partir de 2014. Desde entonces no hemos parado.
¿Qué previsiones maneja para 2018?
Si no sufrimos ningún cambio de tendencia, queremos continuar con nuestra expansión. Vamos a necesitar más gente en el departamento de compras y también en el área de diseño y marketing. Creo que a corto plazo podremos llegar a una plantilla cercana a las 60 personas.
¿Dónde cree que está el secreto del éxito en el core business de su negocio?
En el negocio online puedes crecer vertiginosamente, pero, y lo sé por experiencia, también te puedes hundir en dos días. Un cliente contento no va a decir nada sobre su experiencia, pero uno descontento seguro que lo va escampar todo lo que pueda. Para nosotros ha sido fundamental tener una persona de confianza en China que vigila todos los controles de calidad y que se fabrique como queremos. Luego está toda la tarea de marketing y diseño propio -etiquetas, colores...- que dan prestancia a nuestras marcas.
¿Y los equipos de trabajo?
Es la otra parte fundamental. No es un tópico cuando decimos que las personas son nuestro mayor valor. Me gusta estar rodeado de gente motivada, para mí es algo esencial, quizá lo que más valoro en un perfil profesional. No quiero tener gente poco contenta alrededor, sino un equipo ilusionado y con muchas ganas.
¿Qué supone para ustedes la nueva planta de Valls?
Pues, más allá de la fuerte inversión que requiere, está ligado a lo que le comentaba sobre los equipos. La idea es crear un sitio agradable para trabajar a gusto, donde la gente llegue contenta por las mañanas, donde puede disfrutar de su tarea. De los 2.000 metros cuadrados destinados a oficinas casi la mitad son de zonas de ocio: un gimnasio con pista de pádel, una cantina-restaurante, solárium en la terraza e incluso una zona de descanso.
¿Cuánto sube la inversión?
En números redondos, 2,5 millones de euros para 7.000 metros cuadrados, aunque si la compañía sigue en la misma senda de crecimiento hemos planificado un millón más para doblar hasta los 15.000 metros.
¿Por qué Valls?
Nos han acogido bien y forma parte de ese corredor logístico del norte de Tarragona, tan bien ubicado, cerca de las conexiones hacia Zaragoza y Madrid, hacia Francia y hacia el Mediterráneo. Allí hay otros centros de distribución muy grandes como el de Ikea o DHL, por ejemplo. Nuestro negocio depende un 100% de la fiabilidad del transporte y la entrega al cliente final.
Ahora que se habla tanto de emprender, ¿qué apoyos ha recibido para levantar su empresa?
Ha sido un camino realmente difícil y complicado, sin ninguna ayuda externa. Como otros muchos, hemos pasado momentos críticos, con dificultades para el acceso a la financiación. Hay que estar muy preparado para luchar, la competencia es dura y nadie regala nada.
¿Qué tendencias de consumo adivina en el futuro?
Es difícil de predecir. Nuestra última línea tiene que ver con juguetes de cierta sofisticación impulsados por baterías. Estamos atentos a esos desarrollos tecnológicos ligados a las baterías de litio.
Una década prodigiosa
En 2008 Albert comenzó a hacer sus primeros pinitos en el negocio de la venta online. Por entonces trabajaba como comercial en la empresa familiar y hoy, a finales de 2017, con sólo 36 años va a protagonizar el próximo otoño una de las operaciones empresariales más significativas en la provincia de Tarragona. Su empresa, con 40 trabajadores, se muda a finales de año desde Torredembarra al polígono industrial de Valls, concretamente al sector Palau de Reig, donde tendrá como vecinos a varios gigantes de la logística en una nave de 7.000 metros cuadrados. Con el cambio y la ampliación de su sede confían en continuar su expansión internacional y mejorar la cobertura de sus principales mercados en el sur de Europa y norte de África. "La exigencia de nuestros clientes es máxima, y es indispensable un plan riguroso de inversión si queremos mantener el fuerte crecimiento que experimentamos desde 2014; nos estamos preparando para asumir los retos que tenemos por delante", explica Albert.