Dolors Setó Investigadora de la URV, experta en Responsabilidad Social Corporativa

“La empresa sostenible busca el beneficio, pero con respeto a las personas y al planeta”

"Ejemplos de malas prácticas los encontramos cuando las empresas ni escuchan ni tratan de dar respuesta a las necesidades o expectativas de sus grupos de interés"

Dolors Setó habla sobre responsabilidada social corporativa. FOTO: X. JURIO.

La teoría dice que una empresa responsable es una aquella que integra las preocupaciones sociales y medioambientales en la relación con sus distintos grupos de interés (trabajadores, clientes, accionistas, proveedores, medio ambiente, sociedad, etc.). Dolors Setó hace pedagogía para que las empresas del territorio tengan en cuenta sus impactos no solo económicos sino también sociales y medioambientales. Ella es la investigadora principal del grupo 'RESET' (Responsabilidad Social, Sostenibilidad y Ética empresarial) de la URV.

Roberto Villareal / Tarragona

¿Qué puntuación pondría a las empresas de nuestro territorio en materia de Responsabilidad Social Corporativa?

La Responsabilidad Social Corporativa (RSC) es un concepto muy amplio que abarca desde la forma de entender la empresa hasta su propia gestión. Intentar puntuar las empresas reduciéndolo a un simple número sería simplificar demasiado, a la vez que impreciso. Lo que sí que podemos asegurar es que en nuestro territorio cada vez existe una mayor preocupación por este tema y que algunas empresas están empezando a integrar la RSC; no todas a la misma velocidad ni con la misma intensidad, algunas desde el convencimiento mientras que otras simplemente arrastradas por la presión que ejerce el mercado.

¿Podría poner ejemplos de buenas prácticas? ¿Y de lo contrario?

Existen buenas prácticas con los trabajadores como la adopción de medidas de conciliación, la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, un estilo de dirección centrado en las personas, pero hay mucho más... las buenas prácticas hacia los clientes suponen ofrecer productos seguros y fiables, buen servicio, responder de forma correcta las reclamaciones y quejas. Otras pueden ir dirigidas a determinados grupos de la sociedad, por ejemplo, colectivos con algún tipo de dificultad, o también todas las medidas dirigidas a reducir el impacto medioambiental o el uso de recursos. Y así, la lista de buenas prácticas puede continuar... Por el contrario, ejemplos de malas prácticas los encontramos cuando las empresas ni escuchan ni tratan de dar respuesta a las necesidades o expectativas de sus grupos de interés, es decir, cuando las empresas no tratan bien a sus trabajadores, ni a sus clientes, ni se preocupan por los problemas de la sociedad, ni cuidan el medioambiente, entre otros aspectos.

Desde una dimensión ética, ¿por qué se tarda tanto en reaccionar en cuestiones clave como, por ejemplo, un mapa de la calidad del aire u otros aspectos ambientales?

Generalmente la razón por la que se tarda tanto a reaccionar ante cuestiones medioambientales que son clave para la sociedad es la existencia de un modelo de empresa centrado simplemente en la obtención de un beneficio económico para los propietarios o accionistas y con un enfoque temporal muy a corto plazo. Este modelo no es sostenible en el tiempo. Hay que pasar de un modelo de empresa centrado en el corto plazo a uno más centrado en el medio ambiente y el largo plazo; hay que cambiar el enfoque. Este es el modelo de empresa sostenible, una empresa que busca la obtención de un beneficio, pero respetando a las personas y al planeta.

"Algunas empresas sólo hacen un lavado de cara: alguna medida puntual de RSC, pero sin integrar la sostenibilidad en su sistema de gestión"

A veces da la sensación que solo hay reacción ante una situación de crisis, ¿falta proactividad en la comunicación con la sociedad?

Si, a veces sólo nos damos cuenta de los problemas cuando ya es demasiado tarde. Es importante concienciar a la sociedad sobre los problemas sociales y medioambientales de la Humanidad. Si preguntamos a las empresas o a la ciudadanía de nuestro territorio si saben que son los ODS, seguramente todavía hay una gran parte que los desconocen. Son necesarios más esfuerzos en la difusión y promoción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecidos por Naciones Unidas en el 2015 y de la importancia de avanzar en su consecución para el año 2030; hace falta la colaboración no solo de la Administración sino de las empresas, las instituciones y de la ciudadanía. ¿Cómo podemos pedir a las empresas o a los ciudadanos que contribuyan a los ODS si no los conocen? El primer paso es dar a conocer, informar y concienciar. Hay que avanzar mucho en este ámbito.

Todo el mundo habla hoy de sostenibilidad; ¿es coherente ese discurso de la industria con la gestión que hay detrás?

Podríamos llegar a decir que la sostenibilidad está de moda. Y eso, evidentemente, tiene algunas cosas buenas y otras no tanto. Lo bueno es que la sociedad en general se interesa y se preocupa cada vez más y lo no tan bueno es que a veces no se entiende bien su significado o se confunde con alguna de sus dimensiones, por ejemplo, con la acción social o con el medioambiente. Nos podemos encontrar con empresas no la integran en su modelo de gestión, sino que simplemente aplican alguna medida concreta de Sostenibilidad o RSC a modo de lavado de cara (greenwashing).

¿La economía circular llega para quedarse? ¿O hay también algo de moda y de lavado de cara?

La Responsabilidad Social, la Sostenibilidad, los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la Economía Circular u otros conceptos relacionados han llegado para quedarse. De hecho, no podemos entender el futuro de otro modo. Todos esos conceptos están estrechamente vinculados y persiguen el mismo fin: un mayor bienestar para las personas y el planeta; sin ellos no puede vislumbrarse el futuro. Todos esos conceptos nos permiten construir un nuevo relato para las empresas que permite la creación de valor compartido. Debemos entender que el propósito de las empresas es mucho más amplio que la obtención de un beneficio económico. Eso sería simplificarlo demasiado. Sería como pensar que el objetivo de las personas es tener glóbulos rojos. Evidentemente, necesitamos glóbulos rojos en la sangre para poder vivir, pero ese no es nuestro objetivo en la vida.

¿Y llega a calar en las pequeñas y medianas empresas, más allá de las multinacionales con site en Tarragona?

La Sostenibilidad o la RSC no tiene que ver con la dimensión de la empresa, sino más bien con la forma de entender la empresa y su propósito. Por tanto, es aplicable a cualquier tipo de empresa, de cualquier dimensión y de cualquier sector. A veces, lo que ocurre es que las pequeñas y medianas empresas están llevando a cabo medidas de RSC sin ser muy conscientes de ello. Se trata de una RSC mucho más implícita. En estos casos, es importante animar a las pymes a ordenar todas esas acciones, integrarlas en un plan, y por supuesto, comunicarlas a la sociedad. Actualmente muchos emprendedores, conscientes de la importancia que la RSC o sostenibilidad tiene para ser competitivos, ya la integran desde un inicio en su proyecto.

¿Qué papel juegan ustedes desde la URV? ¿Les hacen caso?

Desde la URV, y en particular desde la Facultad de Economía y Empresa, tenemos muy claro que los estudiantes que en estos momentos están formándose en nuestras aulas son los líderes del mañana, y que por ello será muy importante que cuando tomen decisiones tengan en cuenta no sólo criterios económicos sino también éticos, sociales y medioambientales.

Entre las 100 voces más influyentes en RSC

La Universidad de Bath, en el Reino Unido, elabora un ranking trimestral y sitúa a Dolors Setó Pàmies entre las 100 personas más influyentes del mundo en las redes sociales en materia de responsabilidad social de la empresa (RSC). Es licenciada en Administración y Dirección de Empresas (ADE) por la Universitat de Barcelona y doctora por la Universitat Rovira i Virgili (URV), donde desde hace más de 20 años desarrolla su actividad docente e investigadora en el Departamento de Gestión de Empresas de la Facultad de Economía y Empresa. Es profesora titular de "Comportamiento Organizativo" en el grado de ADE y de "Responsabilidad Social Corporativa" en el Máster de Dirección de Empresas y el Máster de Emprendimiento e Innovación. En 2013 recibió el Premio del Consejo Social de la URV a la calidad docente por su proyecto dedicado a integrar la ética y la RSC en la formación de los futuros directivos. En 2016 fue nombrada miembro del Consejo Académico de 'Respon.cat', iniciativa empresarial para el desarrollo de la Responsabilidad Social en Cataluña.