La Fundación PortAventura inaugurará en otoño su proyecto más ambicioso, un complejo de 8.800 metros cuadrados para acoger hasta 200 familias al año (unas seis cada semana) con niños y jóvenes de entre cuatro y 17 años que padecen enfermedades graves o muy graves. Como directora de Responsabilidad Corporativa, Choni Fernández se siente "especialmente orgullosa" de PortAventura Dreams Village, un proyecto pionero que requiere cuatro millones de euros de inversión y que investigará sobre el grado de estimulación y el impacto terapéutico de la estancia.
¿Cuánto se gasta en compras cada año PortAventura World?
Si englobamos todo lo que son pagos a proveedores, algo más de 124 millones de euros.
¿Y en nuestro territorio?
Sería un estudio muy interesante, pero no lo medimos de este modo. No sabría qué porcentaje supone sobre el total nacional. El mayor impacto económico, cerca del 90%, se queda en España. Sí puedo decirte que las subcontratas de servicios en resort (restauración, espectáculos y backstage, mantenimiento, limpieza...) significan una partida muy importante y se nutren de personal local de la zona; en temporada alta aquí trabajamos más de 3.000 personas, muchas de ellas de empresas externas que entran en el parque".
¿Qué buscan en el extranjero?
Fundamentalmente son compañías ligadas a la tecnología de las atracciones y al merchandising. Es muy curioso que los peluches, por ejemplo, vienen de Inglaterra, que es una potencia en este mundillo.
¿Cuáles son las grandes partidas?
Hay que tener en cuenta que PortAventura World podría considerarse en sí mismo como una gran cadena de tiendas, de hoteles -ya supera las 2.200 habitaciones- o de restaurantes-. Hay como cuatro grandes familias: servicios técnicos y de mantenimiento, con las certificaciones más exigentes de seguridad, donde nunca se plantean recortes y se llevan la mayor parte; restauración y merchandising; lo que llamamos servicios comerciales (agencias de prensa, marketing, comunicación, ecommerce, encuestas de satisfacción, etc); por último las operaciones de seguridad física (vigilantes, socorristas...) también exigen un nivel de gasto importante.
"Por volumen, el parque podría considerarse una gran cadena de tiendas, hoteles o restaurantes"
¿Sólo trabajan con grandes empresas?
En absoluto, en su mayor parte son pymes de tamaño medio, aunque también colaboramos con microempresas y grandes multinacionales, algunas de ellas 'históricas' que han trabajado toda la vida con nosotros. Hay casos como Estrella Damm o Coca-cola en que la relación comercial ha ido mucho más allá hasta convertirse en partners para crear producto o realizar campañas de promoción conjuntas.
¿Cómo las eligen?
Lógicamente en las grandes compras hay una mesa de contratación. Para el resto, hemos desarrollado una plataforma propia de captación, de manera que la gestión de todo ese conocimiento siempre se queda en la compañía. Allí se muestra el producto, la información legal, con qué otros clientes trabajan... Un aspecto importante es la información medioambiental y de responsabilidad social, por ejemplo las auditorías sociales si fabricas en Asia. Hay pocas, pero sí tenemos. En temas de alimentación, como es normal, se mira muchísimo todo lo relativo a seguridad alimentaria y aspectos como la eficiencia ecológica, así como la prevención de riesgos o la digitalización, se tienen muy en cuenta.
Me comentan que también les ponen nota...
Es que necesitamos fidelizar al bueno y corregir al que no lo es tanto. Que sepan qué esperamos de ellos. El 70% del 'Top 100' de las empresas con las que colaboramos, -que representan el 70% del gasto-, obtiene puntuaciones entre excelente y bueno; su éxito en el desempeño es tan importante como el de nuestra propia plantilla. Su éxito es el mío como compañía. Y necesitamos su feedback: antes teníamos una relación puramente comercial, pero acabamos de celebrar por cuarto año una jornada de diálogo con los proveedores principales, les decimos qué esperamos y ellos nos enseñan qué pueden hacer por nosotros: muchas de las innovaciones que tiene PortAventura nacen de su ingenio, ellos son los verdaderos especialistas.
El criterio de moda ahora es la sostenibilidad...
En nuestro caso no es moda sino una filosofía que está en todo nuestro desempeño. Hace más de 20 años, ya en el año 1997 se creó el primer 'equipo verde' para optimizar los recursos naturales. PortAventura World ha ido interiorizando el concepto de sostenibilidad hasta integrarlo al 100% en el corazón del negocio. El año pasado nos convertimos en un resort libre de plásticos, y eso tiene una repercusión importantísima en el día a día del área de compras, que tiene que revisar qué hay en el mercado con materiales biodegradables. Un ejemplo: en el 'Laberinto maya' se usan unos guantes de plástico para entrar. No existían guantes 'verdes' y hemos trabajado con el proveedor para crearlos expresamente.
¿Cómo se compra algo tan singular como los espectáculos o las atracciones?
Lo que he explicado con carácter general, tiene sus excepciones. Si tú quieres programar el espectáculo de burbujas de Pep Bou, pues es algo único, y el proceso no tiene nada que ver. O si quieres una hypercoaster, pues lo mismo porque sólo hay una empresa a nivel mundial con las características que buscamos.
¿Y la tematización?
La gran diferencia entre un resort temático y un parque de atracciones estriba en la experiencia del cliente, una inmersión en mundos que surgen de la imaginación y del talento. Detrás de esos universos creativos hay empresas -y profesiones- nacidas prácticamente para PortAventura, con un know how tan específico que continúan con nosotros desde el principio. Uno de los casos más curiosos y llamativos es el de los 'tematizadores' de la empresa Ricardo de Arce, ubicada en Vila-seca, o Tecnomolde (Huesca), encargados de crear la atmósfera del Far West, de la China imperial o el reino perdido de Shambala.
125 millones en compras
Concepción prefiere que la llamen Choni, lo que da idea del carácter y la personalidad de quien dirige un departamento de 15 personas en el corazón del negocio de PortAventura World. El gigante del ocio con sede en la Costa Daurada factura aproximadamente 250 millones de euros -de ellos, 160 en concepto de entradas a sus parques temáticos-, y se gasta cada año unos 125 millones en compras a casi 1.200 proveedores que alimentan el funcionamiento de esta 'ciudad' visitada el año pasado por cinco millones de personas. De esas 1.200 empresas, el 82% son nacionales y aglutinan el 90% de los pagos que hace en bienes y servicios el resort vacacional líder en Europa.