En el último ejercicio, la Xarxa Santa Tecla ha mantenido una plantilla estable de más de 2.700 personas (casi 1.600 en el área sanitaria, más de 660 en el área social y cerca de 500 en los servicios centrales de soporte y gestoría). Se trata del segundo mayor empleador de la provincia después de PortAventura, con 215 millones de euros de presupuesto (casi 170 dedicados prestaciones sanitarias, 24 a coberturas sociales y 22 a los servicios centrales), y una de las agrupaciones asistenciales más importantes de Cataluña con cerca de 50 centros (hospitales, centros ambulatorios, consultorios médicos, residencias geriátricas, centros de día, centros de atención especializada, centro especial de trabajo, servicio de atención domiciliaria...) repartidos por las comarcas del Tarragonès y Baix Penedès para dar servicio a más 200.000 personas.
La Xarxa Santa Tecla es un modelo de éxito, con una de las mayores redes asistenciales de Cataluña y de España. ¿Hacia dónde lo orienta a medio plazo?
Desde 1987, con la Ley de Salud, que supuso una revolución de las prestaciones sanitarias al reconocer el derecho universal de todos los ciudadanos, -que antes no existía-, creo que hemos sabido desarrollar un modelo al servicio de las necesidades de las personas y su entorno familiar. Con toda esa experiencia, ahora nos toca ser capaces de afrontar el despliegue de la ley que regula los derechos de las personas dependientes. El reto es abordar la eclosión de un gran grupo de personas mayores vulnerables, con distintos grados de dependencia y problemas de salud crónicos.
¿Llega también una revolución en la atención a las personas dependientes?
Se podría decir así. Creo que es el reto más importante que tenemos por delante, con una atención al envejecimiento digno orientada por la lógica: si uno está bien, tiene la cobertura de una pensión. Cuando no lo estás, te ayudo a través de otros sistemas más adecuados. Existe un escalado, con sus complejidades, hasta el gran deterioro. Queremos ser punteros y vanguardia en este servicio. Tenemos ese conocimiento y queremos ponerlo allí donde se necesite.
¿Cómo quieren implementar todo ese know how?
Por nuestros orígenes como hospital de los pobres, como se le llamaba en la edad media, llevamos cientos de años de experiencia y contacto con la enfermedad, y también con la vejez y la muerte. Sabemos mucho sobre ello y somos un estupendo laboratorio de experimentación. Afortunadamente, el anteproyecto de Ley de la Agencia de Atención Integrada Social y Sanitaria de Cataluña coincide con nuestra visión. Estamos alineados al diseñar un esquema transversal, -basado en la competencia y el conocimiento-, para alcanzar un modelo de atención mejor coordinado, en red, basado en actuaciones conjuntas de los profesionales y las organizaciones que dan cobertura social y sanitaria. Se busca optimizar recursos y, a la vez, conseguir que cada persona reciba una buena experiencia de atención.
En un ámbito de fuerte competencia empresarial, ¿cree que podrán superar los recelos en el reparto de esta 'tarta'?
La atención integrada no es sinónimo de fusión de sistemas y organizaciones. Nadie se quiere comer a nadie y cada uno sabe de lo suyo, se trata de entornos y ecosistemas subsidiarios de la Administración con vocación de colaborar y con unas reglas de juego para toda Cataluña en el ámbito social y residencial.
¿Cuál es el esquema económico básico de la Xarxa?
Cada entidad mantiene su independencia, pero con servicios centrales únicos, mancomunados que se organizan en torno a una Agrupación de Interés Económico (AIE), que presta servicios (gestoría, informática, mantenimiento, limpieza, cocina...) a sus socios. Está acreditada ante Hacienda para no tributar IVA en las transacciones entre socios. Dentro de esta AIE, siempre hemos mantenido un enfoque de unidad, no hemos querido externalizar o realizar subcontratas, nos interesa retener gente experta que se sienta segura y que preste servicio a toda la organización.
¿Y cómo va la dotación presupuestaria?
En el ámbito sanitario, por ejemplo, el CatSalut decide la concertación de servicios mediante una programación anual que coteja con tu cartera de servicios, con cuánto haces. Creo que, actualmente, la capacidad de la Administración para gestionar toda la información, y así poder tomar decisiones, es extraordinaria, mayor que nunca.
¿Cómo se las arreglan para gestionar una plantilla que roza los 3.000 profesionales?
En nuestro departamento de RRHH trabajan más de 20 personas que deben cuidar, entre otros muchos aspectos, de una rotación de personal de atención 24 horas y siete días a la semana. Manejamos herramientas tecnológicas propias para la gestión avanzada del personal, en la que priorizamos crear una conciencia colectiva de pertenencia, que todos se conozcan, que sepan que están y qué pueden hacer. Nos consideramos un banco de pruebas para los futuros profesionales y cooperamos intensamente con la URV y otros centros docentes en el ámbito de la formación profesional. En la medida de nuestras posibilidades, intentamos que se queden los que muestran las mayores capacidades.
¿Qué priorizan en su modelo de gobernanza?
En los patronatos de la diferentes fundaciones nos interesa contar con gente de aquí, expertos sin conflictos de interés en sus respectivos sectores, y con el ciclo laboral avanzado para que puedan aportar su conocimiento. Perfiles como el del exrector Grau, el difunto Joan Pedrerol, la directora de la AEQT María Mas, el expresidente del Port Burgasé... Hay también tres comisionados para temas sensibles que son el exalcalde de El Vendrell, Martí Carnicer, en el área económica; el profesor de la URV Josep Ramon Fuentes, en temas jurídicos; y Josep Maria Milà para planificación y equipamientos.
¿Qué importancia concede usted al factor proximidad?
Es un aspecto esencial, como se ve con las famosas polémicas por el cierre de consultorios. Son piezas importantes para la atención en los pueblos, en las casas, sin desplazamientos importantes. Si no tienen ese soporte asistencial, las familias terminan por irse. Desafortunadamente, uno de los grandes problemas de la sanidad en los próximos años es que no habrá suficientes manos y no se 'fabrican' suficientes médicos y especialistas.
¿Hay un gran nicho en la atención domiciliaria?
Nosotros ya atendemos a unas 1.500 familias en su domicilio. Es evidente que el sistema de atención a los mayores se ha quedado obsoleto. Dado el envejecimiento de la población y la esperanza de vida, es imposible el modelo clásico de enviar a los ancianos a una residencia. Se busca que puedan permanecer en sus casas, que es donde quieren estar, pero sin esclavizar a la familia, también con herramientas como los centros de día.
¿Qué les ha enseñado la pandemia?
Diría que a colaborar mejor, aprovechando el conocimiento diverso de todos. Desde el Covid, se mantiene una coordinación semanal entre los distintos proveedores sanitarios para intercambiar necesidades y aportar recursos.
¿Qué grandes objetivos subrayaría a corto plazo?
Tenemos en proyecto construir la nueva residencia de La Muntanyeta, el traslado de la residencia de Llevant a la Rambla Nova -edificio de los Caputxins, antigua sede de la Escuela de Idiomas-, y la ampliación del hospital de El Vendrell con acceso a fondos Next Generation.
No nos podemos despedir sin hablar del concepto de moda: transformación digital...
Hace años que iniciamos el proceso de digitalización, sin papel, de archivos, altas, recetas... En su día absorbimos una spin off de la URV y tenemos 18 informáticos que velan por el mantenimiento de los equipos y redes y aspectos tan importantes como la protección de datos y el control de la confidencialidad, o la ciberseguridad.
Un 'visionario' para modernizar siglos de legado
Es la cabeza visible y pensante de una red de organizaciones sin ánimo de lucro que se enorgullece de haber velado sin interrupción durante más de 850 años por las necesidades sociales y sanitarias de la población de Tarragona. Licenciado y doctorado en Medicina por la Universitat de Barcelona, cumplirá 65 años dentro de dos semanas. Entre 1994 y el año 2000, Joan María Adserà fue delegado del Departamento de Sanidad y gerente del Servicio Català de la Salut de la provincia de Tarragona. Además de dirigir la Agrupación de Interés Económico (AIE), que gestiona todas las entidades de ámbito sanitario y social de la Xarxa Santa Tecla -entre ellas seis fundaciones-, es presidente de la Fundación Hospital de Sant Pau i Santa Tecla. Es también vicepresidente de la Unió Catalana d'Hospitals (UCH), la patronal sanitaria en Cataluña.