Hacer frente a los desafíos de la descarbonización, el cambio climático y la circularidad de los residuos plásticos requiere de ingenieros e ingenieras que, estableciendo conexiones entre ideas rompedoras, tecnologías y disciplinas diversas, sean capaces de innovar y emprender. Trabajando de forma colaborativa y comprometida con el desarrollo sostenible, son los encargados de identificar y liderar la resolución de problemas actuales y, a la vez, reconocer las oportunidades futuras.
Con el objetivo de formar ingenieros e ingenieros en ingeniería química, ingeniería mecánica e ingeniería de bioprocesos, la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Química (ETSEQ) de la Universitat Rovira i Virgili (URV) aplica un modelo de educación basado en el aprendizaje activo y experiencial, diseñado para acompañar a los futuros ingenieros e ingenieras en su formación de grado, máster y a lo largo de su vida profesional. A través de una aproximación integral, en la que la formación no solo es técnica, sino que permite desarrollar en paralelo competencias en liderazgo, capacidad de comunicación, trabajo en equipo, iniciativa o pensamiento crítico, los estudiantes se enfrentan a proyectos propios de la industria química actual.
La oferta de grados de la ETSEQ se complementa con másteres de especialización en ámbitos que van desde la ingeniería química, ingeniería ambiental, sostenibilidad energética o tecnologías de hidrógeno a la nanociencia y la nanotecnología. Todos ellos con un fuerte componente en innovación muy orientada a encontrar soluciones tecnológicas que permitan avanzar en la aplicación de la economía circular, descarbonización, sistemas más eficientes en el desarrollo de combustibles y energías renovables, entre otras temáticas de impacto para el sector químico.
Conseguir continuidad entre la formación en las aulas y las necesidades del 'mundo real' es fruto de una estrecha colaboración con los profesionales y las empresas químicas del territorio. Un buen ejemplo es el programa Work Experience, un caso de formación dual que permite a estudiantes de máster realizar su trabajo final desarrollando proyectos reales donde aplican sus capacidades técnicas y sociales de forma innovadora, bajo el patrocinio de una empresa. Esta forma de entender la educación superior ha conseguido el sello internacional EUR-ACE que reconoce la excelencia en titulaciones de ingeniería.
El potente perfil investigador y la consolidada experiencia en transferencia tecnológica del profesorado de la ETSEQ es otro pilar fundamental para el éxito del modelo. Durante los últimos tres años, las investigadoras y los investigadores del Departamento de Ingeniería Química y del Departamento de Ingeniería Mecánica han liderado 194 proyectos de transferencia tecnológica, con un importe aproximado de 3 millones de euros.
Afrontar los desafíos del siglo XXI requerirá una nueva generación de emprendedores y emprendedoras. En este camino, el sector químico del territorio cuenta con la ETSEQ, donde el talento, la ingeniería y la innovación confluyen con el objetivo de contribuir al desarrollo de una sociedad sostenible y equitativa.