Repsol está inmersa en una estrategia de transformación para alcanzar cero emisiones netas en 2050, cumpliendo el Plan Estratégico 2021-2025. Una hoja de ruta que pone el foco en flexibilidad, la eficiencia y la creación de valor. Objetivos para los que la compañía está transformando sus instalaciones industriales como el que tiene en Tarragona.
"Tenemos que ser capaces de generar productos con baja, nula e incluso negativa huella de carbono, basada en la innovación, la economía circular y en su apuesta por liderar la producción de combustibles renovables e hidrógeno renovable", resume Javier Sancho, director del complejo industrial de Repsol en Tarragona. "Tenemos en desarrollo varios proyectos que respaldan el objetivo de producir dos millones de toneladas de combustibles sostenibles en 2030. El uso de estos combustibles evitará que lleguen a la atmósfera más de dos millones de toneladas de CO2", explica Sancho.
La apuesta por la sostenibilidad futura de la industria y la transformación de los grandes centros industriales de Repsol continúa siendo uno de nuestros focos principales de actuación. La compañía prevé que un 35% de las inversiones de 2023 se destinen a proyectos bajos en carbono, lo que refuerza su carácter transformador y está alineado con el Plan Estratégico 2021-2025.
Inversiones continuas
En este contexto, el complejo industrial de Repsol en Tarragona está a las puertas de una nueva etapa, marcada por la descarbonización, la circularidad y la digitalización, que permitirán unos procesos de producción más ecológicos. Este cambio profundo permitirá que el complejo avance en su transformación hacia un modelo que podrá el foco en la reducción de emisiones, de manera que Repsol en Tarragona sea un referente industrial en tecnología y sostenibilidad, potenciando también su competitividad.
Proyectos como el futuro electrolizador y la ecoplanta, o la especialización en productos de más valor añadido son las grandes apuestas del que será un ciclo decisivo. Un ejemplo de esta apuesta por nuevos productos es la inversión de 35 millones de euros en una nueva planta para la fabricación de cables de alta y muy alta tensión. Una instalación que entrará en funcionamiento a lo largo de 2024 y que tendrá una capacidad para la fabricación de hasta 27.000 toneladas anuales.
El esfuerzo inversor de Repsol para asegurar el futuro de sus centros industriales está permitiendo que pueda dar una mejor respuesta al actual escenario. "Contar con instalaciones industriales de vanguardia refuerza la independencia energética, origina una importante actividad económica y es pieza indispensable para la generación de empleo", argumenta Javier Sancho.
Las inversiones en las refinerías de Repsol rondan una media de 1.000 millones de euros anuales desde 2008, lo que ha permitido optimizar los activos e incrementar la eficiencia y la flexibilidad, como demuestra la reducción del consumo de gas en un 50% en sus centros industriales. "Hemos logrado dar una mejor respuesta a las tensiones en el mercado internacional de combustibles, a la vez que contribuimos a garantizar el suministro energético en España", remarca Sancho.
Unas inversiones que son clave para la generación de empleo (200.000 familias dependen directamente del sector del refino en España). "Todo ello toma mayor relevancia en el actual escenario europeo, donde se han cerrado 24 refinerías en los últimos 15 años", explica Javier Sancho.
El director del complejo de Repsol en Tarragona explica que "nuestro modelo de negocio integrado, así como el cumplimiento y la ambición de nuestro Plan Estratégico, están siendo fundamentales para obtener resultados sólidos". Al mismo tiempo, "seguimos elevando nuestro perfil multienergético y avanzamos en la descarbonización". "Hemos lanzado una oferta comercial pionera en España, que ayuda a nuestros clientes en su día a día al vincular todas las energías necesarias para la movilidad y el hogar, y afianza nuestra visión de compañía", detalla Sancho.