Hildebrand Salvat
Director de Ceres
Cuando hablamos de ciudades inteligentes pensamos rápidamente en sensores y datos. Una ciudad inteligente recoge información de los distintos sistemas mediante sensores, conexiones a internet para procesar esta información, y gestionar la ciudad de forma eficiente. Así, un contenedor de basuras tiene un sensor que indica cuando está lleno, envía una señal al servicio de recogida de basuras para que venga el camión. Un semáforo lee los datos de tráfico para optimizar su ritmo de rojo-verde.
La filosofía smart city lleva a generar más datos día a día y por lo tanto, a disponer de más información que se puede usar para tomar decisiones concretas y que además puede ser reutilizada internamente o incluso externamente por otros agentes. Todo ello, con el fin de tener una ciudad más eficiente, mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y cubrir sus necesidades.
La vertiente de infraestructuras, el desarrollo tecnológico, la arquitectura y aplicaciones informáticas son aspectos clave en el desarrollo de una ciudad inteligente. En todas las definiciones, cuando hablamos de smart cities también es importante la visión del ciudadano y la participación de este.
En este sentido, los sensores recogen mucha información, información relevante y útil, pero no recogen toda la información necesaria para una planificación estratégica de la ciudad. Y es que los deseos, las necesidades, las problemáticas, las actitudes, las valoraciones o las creencias de los ciudadanos no se recogen en estos sensores.
- "Prefiero que se dediquen recursos a la educación entre 0 y 3 años."
- "Tengo miedo de andar sola por la noche"
- "Creo que todos los carteles deberían estar en catalán"
- "soy bajito y tengo problemas para llegar a la boca del contenedor de envases"
- "no, no sabía que el parking solo costaba 2€ y he estado buscando aparcamiento durante 20 minutos"
- "no voy a hacer reciclaje, hasta que me aseguren que el alcalde también lo hace"
- "El parking funciona fatal, cada fin de semana huele a meados"
Así, una smart city o una ciudad que tenga un proyecto de smart city tiene que tener también un conjunto de herramientas que permitan a los gestores y planificadores de la ciudad disponer de información sobre lo que demandan, necesitan y quieren sus ciudadanos y otros usuarios de la ciudad, como los turistas.
Es básico que los gestores perciban la necesidad de planificar y decidir con este tipo de información procedente de sus ciudadanos y para ello estos gestores tienen que trabajar el qué y el cómo.
El qué
¿Qué información necesito para tomar de forma correcta una decisión? El gestor debe ser capaz de hacerse preguntas en relación a la toma de decisiones.
- ¿Qué información tiene los ciudadanos sobre el servicio de recogida de basuras?
- ¿Existe el rumor que todas las basuras se juntas? ¿hasta qué punto está extendido este rumor? ¿quién lo crea? ¿Cómo se argumenta?
- Si queremos cambiar esta percepción, ¿qué canales utiliza el ciudadano para informarse? ¿cuáles tienen más credibilidad? ...
El cómo
Evidentemente a algunas de estas preguntas se les puede dar respuestas con la información recogida por los distintos sensores, pero a otras preguntas no.
El planificador y gestor de los servicios de una smart city cuenta hoy con muchas herramientas para conocer con mayor profundidad al ciudadano. Son metodologías tradicionales de la investigación sociológica pero que han incorporado la innovación y también, como no, han aparecido nuevas metodologías en el análisis y tratamiento de toda esta información, tan diversa y procedente de distintas fuentes.
Los métodos de encuesta
Son métodos que se basan en una estructura ordenada de preguntas con opciones de respuesta restringidas. La construcción del cuestionario en este tipo de métodos es básica para poder obtener la información que se pretende, pero más importante es como se consigue una muestra representativa de la población que queremos estudiar.
Las encuestas han evolucionado muchísimo tanto en los planteamientos de diseño como en la capacidad de adaptación a distintas situaciones y soportes (por teléfono, presenciales, en el móvil) y también en los procesos de análisis de los datos y la visualización de los resultados.
Las herramientas tecnológicas por una parte y una visión distinta por parte de los gestores de las ciudades ha llevado al desarrollo de paneles de ciudadanos donde estos son consultados de forma periódica sobre distintos aspectos del funcionamiento de la ciudad incorporando además valores del gobierno abierto.
Los métodos cualitativos
Son métodos de investigación que presentan sus puntos fuertes en la capacidad de profundizar en las motivaciones, las actitudes o las creencias y entender los porqués. Entrevistas en profundidad, focus groups, ... sin embargo, el principal inconveniente de estas metodologías es la imposibilidad de conseguir datos numéricos.
Cada vez más los métodos cualitativos se presentan como herramientas complementarias a los grandes conjuntos de datos, así que muchos expertos establecen una nueva época dorada para estas metodologías.
Y dentro del paradigma cualitativo hay un tipo de estudios que atrae por su planteamiento, los estudios etnográficos. Son estudios en los que el equipo de investigación se diluye con las personas y colectivos investigados, realiza con ellos sus tareas, los acompaña en la compra de productos, ... habla y escucha, dialoga, pregunta y también responde. Por su planteamiento y flexibilidad, son estudios con los que se consiguen resultados que no se conseguirían por ninguna otra vía.