Como ya sucedió en la crisis de 2008, el sector químico de Tarragona está volviendo a demostrar una gran robustez. Las empresas del clúster asumen que la Covid-19 deja una coyuntura compleja que impactará en sus balances, pero asumen el reto de divisar nuevas oportunidades para volver a ser una locomotora de reactivación. Un rol para el que reiteran que necesitan más apoyo de la Administración: medidas de choque para dinamizar los sectores más perjudicados como la automoción y los eternos factores de competitividad -costes energéticos e infraestructuras- son las exigencias de un sector que se ha revelado, otra vez, como esencial.
La mayoría de empresas del clúster han podido compensar total o parcialmente la caída de la demanda general provocada por el parón del confinamiento con la vitalidad de los productos destinados a la alimentación, el sector sanitario o la higiene. Los distintos mercados del sector químico están recuperando pulso progresivamente con la desescalada, aunque el sector asume que será difícil volver a las previsiones anteriores a la Covid-19 este 2020, siendo mucho más optimistas los pronósticos para el 2021. El Gerente de la Asociación Empresarial Química de Tarragona (AEQT), Juan Pedro Díaz, pone en valor que "este sector ha demostrado ser enormemente resiliente y ha sabido resistir en tiempos difíciles".
Las empresas avalan este análisis. Andrea Firenze, CEO de Covestro, admite que la pandemia está teniendo "efectos de alcance global y la industria química también se ha visto afectada a nivel local". Según Firenze, "la ralentización de sectores clave para nuestros productos nos afecta, pero el clúster de Tarragona mantendrá su extraordinario potencial de atracción para la industria". Desde Dow, Ignasi Cañagueral, Director del Complejo Industrial en Tarragona, recuerda que "el escenario preCovid ya era de una cierta desaceleración, con un descenso de la demanda; con el retorno a la normalidad volveremos a esta situación, pero agravada por una crisis general que provocará desempleo, caída del consumo y pérdida de poder adquisitivo", reconoce Cañagueral, que apunta el antídoto: "Seguir buscando oportunidades en los productos especializados de más valor añadido".
Rubén Folgado, Director de Messer y presidente de la AEQT, está de acuerdo en que "habrá menos consumo y, por tanto, menos demanda", una coyuntura que obligará al sector "a reinventarse, como ya hicimos en 2008, apostando por la innovación, la tecnología y la diferenciación con productos de mayor valor añadido, además de buscar nuevos mercados para aumentar las exportaciones". Eduardo Sañudo, Director de Vopak Terquimsa, cree que "esta crisis es coyuntural, no como la de 2008". Sañudo sostiene que "su impacto sobre la química será limitado: la segunda mitad de 2020 será complicada, pero en 2021 recuperaremos cifras de crecimiento para nuestro sector".
Unidades de negocio vinculadas al sector sanitario, el 'pharma', la alimentación o la higiene mantienen o incluso mejoran sus cifras
Joan Miquel Capdevila, Director de Ercros en Tarragona, está convencido de que "la vuelta a la normalidad acortará el impacto de esta crisis sobre nuestras industrias", mientras que Ahmed Hababou, de Carburos Metálicos, prevé "una curva de recuperación desigual para cada sector durante la segunda mitad del año, los números no serán los mismos que el año anterior en 2020, pero en 2021 tendremos un repunte, aunque no será homogéneo". Juan Lorenzo Boix, Director de Fiabilidad y Mantenimiento del Complejo Industrial de Repsol en Tarragona, vaticina "una recuperación rápida hasta unos niveles inferiores a la situación anterior a la Covid si se concretan y son acertados los programas de estímulo gubernamentales, a partir de aquí el crecimiento será lento, dependiendo de las medidas que se adopten para cada sector y de sus dinámicas internas".
El Gerente de la AEQT, Juan Pedro Díaz, es consciente que "tendremos que remar mucho para volver a la normalidad". Para ello, pide más apoyo para el sector químico y para toda la industria: "Las economías más resistentes son las que el tejido industrial tiene un mayor peso". Manu Segura, Director de Producción de BASF en Tarragona, está de acuerdo en que "en la última gran crisis económica ya quedó claro que los países con una industria fuerte y moderna fueron los que primero salieron y los más reforzados, es el momento de volver a apostar por las políticas industriales". Rubén Folgado llama a una reacción de la economía europea después de que "esta pandemia haya puesto de manifiesto la debilidad que supone nuestra dependencia de las importaciones de productos básicos, esto debería provocar la recuperación de industrias y sectores enteros que fueron deslocalizados y que deberían generar una reindustrialización en los países occidentales".
Medidas de apoyo
Desde la AEQT se reiteran viejas reivindicaciones vinculadas a la competitividad como los costes energéticos e infraestructuras como el Corredor Mediterráneo o la autovía A-27, pero también medidas de apoyo a sectores como la automoción o la construcción, que son algunos de los clientes principales de las empresas. "Otros países europeos como Alemania, Francia e Italia ya las están aplicando porque son conscientes que estos sectores funcionan como motor de otros como la química", subraya Díaz, que exige "igualdad de condiciones para poder competir en un mercado global". Una igualdad que, como ejemplifica Andrea Firenze, CEO de Covestro, dista mucho da darse en el capítulo de los costes energéticos: "La mayoría de países europeos aplican la normativa de 'redes cerradas' de la Unión Europea, lo que provoca que nuestra factura eléctrica sea hasta un 25% más elevada que la de nuestros principales competidores europeos".
Al margen de los planes de apoyo sectorial, las infraestructuras y el abaratamiento de los costes energéticos, las empresas químicas piden también más facilidades administrativas como "evitar confusiones legislativas, limitar la complejidad burocrática y de financiación o reducir la dispersión de la información para recuperar las inversiones pendientes", en palabras de Carlos Schneegluth, Country Head de Clariant. Juan Lorenzo Boix, de Repsol, cree que "el sector químico ha resistido mejor que otros la situación y esto debería ser un motivo para priorizar políticas y apostar de manera más decidida por las actividades que generamos empleo de calidad".
Un sector esencial
Por la naturaleza de sus productos -que son básicos para procesos productivos de casi todos los sectores- pero, especialmente, por los que se destinan a la higiene, la desinfección, los recubrimientos y packaging o los productos farmacéuticos, el sector químico ha tenido un rol vital en la lucha para minimizar el impacto de la pandemia. "Nuestros productos han sido imprescindibles para luchar contra el coronavirus", apunta Manu Segura (BASF). La Directora General de ASESA, Montse Vallverdú, coincide en que "esta crisis nos ha mostrado la importancia de disponer de industrias de proximidad". Desde Carburos Metálicos, su Director General, Ahmed Hababou, ejemplifica en "el oxígeno medicinal que producimos, que ha sido uno de los medicamentos más utilizados para tratar a los enfermos de Covid-19" las aportaciones del sector químico en la lucha contra la pandemia.